Diversos relatos mezclan realidad con leyenda, generando una imagen de intriga que alimenta la imaginación colectiva. Las interpretaciones sobre sus auténticos propósitos y sus supuestas propiedades secretas varÃan con el paso del tiempo.
Diversos relatos mezclan realidad con leyenda, generando una imagen de intriga que alimenta la imaginación colectiva. Las interpretaciones sobre sus auténticos propósitos y sus supuestas propiedades secretas varÃan con el paso del tiempo.
El surgimiento de los caballeros conocidos como Templarios se remonta a los años posteriores a la Primera Cruzada, cuando un reducido grupo de hombres decidió formar una cofradÃa para brindar seguridad a los peregrinos cristianos que se dirigÃan a los sitios sagrados de Jerusalén. Fue en 1119 cuando Hugo de Payens, un caballero de origen francés, junto a otros ocho compañeros, solicitó permiso al rey de Jerusalén, Balduino II, para establecerse en el palacio real que ocupaba parte de lo que se consideraba la antigua explanada del Templo de Salomón. Asà se originó su denominación oficial: la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo y del Templo de Salomón, abreviada popularmente como Orden del Temple. Bajo la consigna de proteger a los caminantes piadosos, estos hombres adoptaron una vida de austeridad y compromiso religioso, sin renunciar a las armas ni a la organización militar. Aquella peculiar combinación de fe y disciplina convirtió al grupo en un referente en la defensa del cristianismo, forjando el cimiento de una hermandad que captarÃa la atención de prelados, nobles y monarcas. Al principio, el reducido número de integrantes evidenciaba la dificultad de encontrar combatientes idóneos para cumplir con su misión, pero gradualmente empezaron a ganar reputación en los reinos cristianos.