AllÃ, aprendió las técnicas del arte bizantino y comenzó a desarrollar sus habilidades como pintor de iconos. Sin embargo, las aspiraciones de Theotokopoulos pronto lo llevarÃan más allá de su hogar en Creta.
El Greco
La llegada a la ciudad de los canales marcó un punto de inflexión fundamental en su carrera. Venecia era en aquel entonces un hervidero de ideas, culturas y estilos, y tenÃa una gran influencia en el desarrollo artÃstico de toda Europa. Fue allà donde Theotokopoulos se convirtió en El Greco, el nombre bajo el cual serÃa conocido por el resto de su vida.
Las obras de El Greco en este perÃodo reflejan estas influencias, pero también empiezan a mostrar indicios de su singular visión. Las figuras elongadas, que se convertirÃan en una caracterÃstica definitoria de su obra, empezaron a aparecer, y su manejo del color y de la luz se volvió cada vez más atrevido y expresivo.
Entre las obras destacadas de esta etapa se encuentra “La curación del ciego”, en la que se puede ver la influencia de Tiziano en la representación de las texturas y en el uso del color. Sin embargo, la figura del ciego, con su expresión de asombro y sus manos extendidas hacia la luz, revela una interpretación muy personal de la escena por parte de El Greco.
Venecia representó para El Greco una etapa de aprendizaje y experimentación. Aquà se nutrió de la técnica y la innovación del Renacimiento italiano, pero también comenzó a forjar su propio camino, uno que le llevarÃa a convertirse en uno de los pintores más originales y expresivos de la historia del arte.
Roma
Tras su enriquecedora experiencia en Venecia, El Greco decidió continuar su viaje artÃstico y se trasladó a Roma alrededor de 1570. La Ciudad Eterna, con su gran legado histórico y cultural, era el epicentro del arte y la cultura en el mundo occidental. El joven artista tenÃa la esperanza de obtener el mecenazgo de la corte papal y hacer avanzar su carrera en el apogeo del Renacimiento.
El Greco se instaló en el Palacio Farnesio, residencia del cardenal Alejandro Farnesio, uno de los más importantes mecenas de la época. Allà tuvo la oportunidad de estudiar una gran cantidad de obras de arte, incluyendo esculturas de la Antigüedad y obras de destacados artistas del Renacimiento.
A pesar de las influencias a las que estuvo expuesto, El Greco no se limitó a seguir las corrientes artÃsticas predominantes en Roma. Por el contrario, comenzó a desarrollar un estilo cada vez más personal y distintivo. Sus pinturas de este periodo muestran un uso más audaz del color y una mayor distorsión de las formas en comparación con sus obras venecianas.