Las dos grandes bases navales del Imperio Romano estaban en Miseno y Rávena. Las flotas del Imperio Romano se dividían en 2 flotas o “Classis” principales y de otras 9 de menor categoría o provinciales, con las que controlaban el “Mare Nostrum”, el Canal de la Mancha y el Golfo de Vizcaya así como diferentes ríos navegables.
Dado que no había grandes amenazas para los romanos en su “Mare Nostrum”, la flota estaba bastante “ociosa”, incluso los marineros se solían acuartelar en la propia Roma, en las casernas de la Guardia Pretoriana, hasta que más tarde se construyeron los “Castra Misenatium” en las cercanías del Coliseum, una ubicación nada casual, ya que los marineros de la “ociosa” flota debían ayudar en la celebración de las Naumaquias y operaban (al igual que las velas) los toldos del Coliseo. Nerón le puso el nombre de Legio I Classis (e incluso se valió de sus tripulantes para asesinar a Agripina).
Cuando Constantino trasladó la capital del Imperio a Constantinopla, trasladó también allí esta importante flota, en el año 330 d.C. Se sabe que llegó a disponer de 50 trirremes, 11 liburnas, 9 cuatrirremes, 1 quinquerreme y 1 hexarreme.
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13/04/2020 @ 11:36
No conocía lo expuesto.
He mirado donde estaba Miseno y me indica que estaba cerca de Nápoles (Plinio el viejo observó la erupción del Vesubio desde ese puerto), a unos 230 km de Roma…
Sorprendente que se acuartelasen en Roma, a una distancia mínima de 3 días recorriendo 80 km diarios…