La caída de Constantinopla

La caída de Constantinopla, tras resistir tres cercos en 1391, 1396 y 1422, acontenció el 29 de mayo de 1453, cuando el gran cañón otomano abrió una brecha en la hasta entonces inquebrantable triple muralla bizantina, erigida por Teodosio II.

La caída de Constantinopla

La situación de la otrora lujosa urbe en 1453 era lamentable. De las casi 500.000 personas que la llegaron a habitar, apenas quedaban 40.000. El sitio otomano hacía muy difícil obtener alimentos, y donde antes imperaban las casas lujosas y los palacios, ahora había pequeños huertos de cultivo cuidados por los supervivientes para paliar el hambre, entre los escombros de lo que habían sido barrios enteros.

Las vacas campaban en lo que había sido el Gran Palacio, y los aristócratas ya habían escapado de la ciudad, lo que unido a la peste que azotó a Constantinopla en 1448, dejaba una miserable visión de lo que había sido la mas grande capital imperial.

La caída de Constantinopla
Situación de la ciudad. La caída de Constantinopla

Una serie de malos presagios vino a desmoralizar aún mas a la población. Una profecía decía que la ciudad resistiría mientras la luna brillase, por lo que el eclipse lunar de la noche del 24 de mayo causó gran pesar, mientras que en una procesión, la imagen de la Virgen María cayó al suelo para consternación de todos.

La caída de Constantinopla
El sultán Mehmed II. La caída de Constantinopla

El Gran Cañón y el asalto

En la mañana del 29 de mayo, los mercenarios europeos al servicio de los otomanos iniciaron el asalto, pero la ciudad resisitió el mismo durante dos horas.

Fue entonces cuando el sultán Mehmed II ordenó armar el Gran Cañón, al tiempo que 80.000 soldados encabezados por los temidos jenízaros asaltaban la muralla.

La caída de Constantinopla
El Asalto. La caída de Constantinopla

El comandante de las tropas bizantinas, el genovés Giovanni Giustiniani Longo fue gravemente herido, lo que desmotivó a sus tropas, moral que ni el mismo emperador Constantino XI Paleólogo pudo recuperar al acudir en persona a las murallas, donde luchó hasta la muerte tal y como había prometido. Los cañones de gran calibre de los otomanos dispararon a la base de la muralla bizantina, abriendo un boquete de grandes dimensiones, que los defensores (menos de 8.000 soldados para defender la inmensa triple muralla que contaba con 300 torres defensivas), ya no pudieron ni rellenar ni defender.

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2 Comments

  1. La biblioteca de Alejandría - Revista de Historia
    10/12/2019 @ 18:33

    […] escribieron su propia historia, como la de Pérgamo o Constantinopla, pero una destacó por su especial relevancia. Nos referimos a la Biblioteca de […]

  2. Joviano, emperador por error - Revista de Historia
    19/07/2022 @ 13:23

    […] Imperio Romano vuelve a unificarse de la mano de Constantino el Grande y su capital se instala en Bizancio, bautizada como Constantinopla en su honor. Un siglo más tarde, el Imperio se desmorona tras ser […]

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