Síguenos en Instagram: @revistadehistoria.es
Tiempo de lectura: 16 minutosCuando el sacerdote que asistía al General Narváez en el momento de su muerte le preguntó si perdonaba a sus enemigos, éste respondió:
No tengo enemigos, los he fusilado a todos.
En otra ocasión anterior, un Secretario de su Gabinete se negó a firmar un decreto ley que no le gustaba. El funcionario dijo:
“Antes de firmar esa Ley, me corto la mano”,
El . . .
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