Arminio, al que Tácito se refiere en sus Anales como el “libertador de Germania”, fue un guerrero querusco que protagonizó una de las batallas más importantes de la Antigüedad. Sirviéndose de la llamada guerra de guerrillas, aniquiló tres legiones romanas comandadas por Publio Quintilio Varo en los bosques de Teutoburgo, en el año 9 d.C.
Tras esta victoria, que obligó a Augusto a abandonar sus planes de conquistar Germania, Arminio tuvo que hacer frente a otro gran obstáculo, su familia política.
Los Queruscos
En ellas habitaban los germanos, a los que el poeta latino Cátulo describe como “hombres conflictivos e indómitos, de gran estatura y fortaleza, ojos fieros de un intenso color azul y cabellos blondos como el trigo en Agosto”.
Los germanos estaban divididos en varias tribus. Entre ellas se encontraban los queruscos que habitaban cerca de la actual Hannover, en la Westfalia. Estaban liderados por Segestes y en el 12 a. C decidieron aliarse con Roma en lugar de oponer resistencia.
Arminio
Con veinticinco años regresó a su tierra donde Varo, el nuevo gobernador de Germania, impartía justicia con dureza, sometía a los germanos al pago de altísimos tributos y les había prohibido portar armas. Arminio decidió que era el momento de rebelarse contra los romanos y expulsarlos de Germania.
Sabiendo que era imposible vencerles en campo abierto, Arminio ideó un plan para emboscarlos en su marcha de regreso a los campamentos del Rin.
La batalla de Teutoburgo
Gracias a su carisma, Arminio reunió bajo su mando a unos 20.000 hombres. Sin embargo encontró una fuerte oposición en la figura de Segestes. El lider de los queruscos se negó a apoyarle en su rebelión y acudió al campamento romano para advertir a Varo de su plan.
Su traición no solo se debió a su oposición a la política libertadora de Arminio sino también a motivos personales. Su hija, Thusnelda, se había enamorado de Arminio y a pesar de estar prometida a otro hombre, había huído para reunirse con él.
Los romanos luchaban por abrirse paso a través de este lugar salvaje cuando Arminio dio la señal de ataque. La caballería auxiliar se abalanzó sobre los legionarios sin darles tiempo a dar la alarma. Sobre ellos cayó también una lluvia de piedras, lanzas y flechas y antes de que los romanos pudieran cerrar filas para protegerse con sus escudos, los germanos salieron de sus escondites y se lanzaron al combate cuerpo a cuerpo.
Ante esta humillante derrota, Varo dio la orden de abandonar a los civiles, confiando en que los germanos se entretendrían con ellos y dejarían marchas a sus legiones. Pero Arminio les perdonó la vida. El código de honor germano era claro: la guerra se libra solo contra los soldados.
Aprovechando una fuerte tormenta, Arminio lanzó un segundo ataque. En medio del caos organizado por la lucha, los rayos y las lluvias torrenciales Varo perdió el control de sus legiones y su ejército se desmoronó.
A marchas forzadas, los romanos llegaron un estrecho paso situado entre la montaña Calcrise y un gigantesco pantano, donde Arminio tenía preparada una última emboscada. Bajo el grito de “Libertad o muerte”, los germanos acabaron con lo que quedaba de las tres legiones. Varo, el responsable de uno de los mayores desastres militares sufridos por Roma, se quitó la vida con su propia espada en el campo de batalla.
El final de Arminio
Con su victoria, Arminio se convirtió en el líder de las tribus germanas. Regresó a su pueblo y se casó con Thusnelda, pero Segestes jamás perdonó a su hija por la decisión que había tomado.
En el año 15 d.C 80.000 romanos, al mando de Julio César Germánico, llegaron a Germania. Segestes se había llevado a su hija por la fuerza y pidio ayuda a Germánico para hacer frente al asedio al que le tenía sometido Arminio. El odio de Segestes hacia su yerno le llevó a entregar a su propia hija a los romanos.
Desesperado al conocer el destino de su esposa, Arminio levantó en armas a los germanos. Al frente de 50.000 hombres, se enfrentó a Germánico en Idistavio, cerca del río Weser, pero fue derrotado. A pesar de sus esfuerzos, nunca volvió a ver a su esposa.
Thusnelda fue llevada a Roma y exhibida públicamente en el desfile de triunfo de Germánico. En su cautiverio dio a luz a un niño que recibió el nombre de Tumélico.
Se desconoce el final de Thusnelda. Arminio fue perseguido por el clan de Segestes, quien finalmente logró asesinarle a traición antes de cumplir los cuarenta años. Su hijo jamás conoció la libertad. Tumélico fue reducido a la esclavitud y educado como gladiador en Ravenna. Murió combatiendo en la arena a los 15 años.
Autor: Carolina Álvarez Díaz para revistadehistoria.es
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Fuentes:
Carnuntum: La Ciudad y las Legiones - Revista de Historia
31/12/2023 @ 12:45
[…] Hacia el 3-2 AC algunas tribus celtas emigraron hacia lo que mas tarde se conocería como las provincias de Nórica y Panonia, fundándose el Oppidum (fortificación) de Carnuntum. Tras la campaña de Augusto en Panonia (35 AD) la provincia de Nórica se convierte en Protectorado Romano (15AD), gracias a la campaña Alpina de Tiberio y Druso, durante la que Tiberio crea un campamento militar de invierno (6 AD) en Carnuntum, que quedó gravemente amenazado por la pérdida de tres legiones en la famosa batalla de Teutoburgo. […]