
LOS PROTAGONISTAS

Como parte de ese plan, Napoleón ordenó al Mariscal Ney marchar hacia Quatre Brass para forzar la retirada de los británicos, quienes, salvo la parte holandesa del ejército se retiraron sin combatir en dirección opuesta a los prusianos. Tras la retirada las fuerzas británicas se posicionaron en Waterloo, lugar defensivamente ventajoso

Por otro lado, el mariscal Grouchy comenzó la ofensiva contra los prusianos la tarde del 17 de junio en vez de la mañana del mismo día, lo cual permitió a los prusianos, cuyas fuerzas combatían a Napoleón en Ligny, ganar tiempo para reorganizarse y recibir refuerzos. Grouchy no lograr separar la retaguardia prusiana del cuerpo principal y tampoco acudió como refuerzo del flanco derecho de Napoleón en Ligny, lo que hubiera permitido al emperador destrozar a Blücher, quién más tarde decantó la balanza de la batalla en Waterloo del lado británico.

A media mañana del 18 de junio, Napoleón ordena atacar frontalmente a los británicos. Si los consigue aplastar antes de que lleguen los prusianos habrá vencido la guerra. Wellington tenía un posición mucho mejor, sus hombres estaban a la defensiva, escondidos tras unas colinas. La poderosa artillería francesa, superior a la enemiga, se había convertido en elemento poco determinante al no poder desplegar su poder destructivo por culpa del barro que inundaba el campo. Napoleón buscó inicialmente hacerse con la granja de Hougoumont, en el flanco derecho. Así atraería a las reservas de Wellington y las sacaría de la protección que ofrecían las colinas contra la artillería.

Al mediodía el corso ordenó a Ney hacer que la infantería avanzara contra el flanco izquierdo británico para conseguir lo que no había logrado en Hougomont en el flanco derecho. La infantería francesa sostuvo un duro combate con los británicos comandados por Picton y reforzados por Lord Uxbridge que duró hasta media tarde, momento en el que ambos bandos se dieron una especie de tregua.

Michel Ney, como lugarteniente del Emperador, obtuvo el mando del ejército francés sobre las cuatro de la tarde, momento en el que Napoleón se ausentó debido a su malestar físico del campo de batalla. En cuanto Napoleón dejó la escena, Ney ordenó inexplicablemente a la caballería gala un ataque masivo poco organizado, gradual, y sin apoyo de la infantería, contra el centro británico.
El ataque fue lógicamente desbaratado por los cuadros de infantería británicos, por lo que la diezmada caballería francesa fue incapaz de seguir jugando un papel de importancia en lo restante de batalla.

Poco después Napoleón recuperó el mando e intentó a la desesperada hundir el centro británico enviando a sus mejores tropas, la Guardia Imperial. Por desgracia para ellos el humo del campo de batalla les impidió ver a sus enemigos hasta que cayeron en una colosal emboscada. Las tropas británicas del centro abrieron un fuego devastador contra la Guardia, que no se había percatado de la presencia del enemigo. Por primera vez en su larga historia la Guardia Imperial retrocedió, lo que supuso el comienzo del fin de la batalla que hundió a Napoleón.

Wellington, aprovechando la retirada francesa levantó su sombrero y ordenó la ofensiva general, sin embargo el ejército francés los volvió a detener. Los británicos, estancados en la lucha contra la guardia imperial, recibieron providencialmente la ayuda del ejército prusiano de Blucher, que tras dar esquinazo a Grouchy había conseguido llegar al campo de Waterloo arrasando el flanco derecho francés. Para las 21:30, el ejército francés ya estaba totalmente en fuga.
Verdaderas causas de la derrota de Napoleón
Autor: Alberto Ciruelos Enjuto para revistadehistoria.es
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