Uno de los grandes orgullos de Inglaterra siempre ha sido su armada, “la Royal Navy”, rodeada de un aureola de imbatibilidad y protagonista de grandes victorias, siendo especialmente dolorosa en nuestra país la que obtuvo en Trafalgar.
Más desconocidas, tal vez deliberadamente, son sus derrotas en Cartagena de Indias o en La Rochelle. Hoy hablaremos de la segunda de ellas.

Batalla naval de La Rochelle: victoria de Castilla sobre Inglaterra
El liderazgo de la flota castellana recayó en el Almirante de Castilla, el experimentado genovés Ambrosio Bocanegra. Su armada estaba formada por una veintena de galeras, embarcación ágil y rápida, ideal para aguas poco profundas. A la altura de La Rochelle, una pequeña localidad situada en la costa occidental francesa, la flota castellana se encontró con la inglesa, capitaneada por el conde de Pembroke y compuesta por treinta y seis carracas y catorce buques de transporte. La principal ventaja de la carraca residía en su mayor fuerza bruta, lograda a cambio de sacrificar la velocidad y maniobrabilidad. Los dos capitanes pronto iniciaron maniobras de combate, pero de pronto Bocanegra decidió izar velas y retirarse de la batalla. Sus hombres no comprendían la razón, los ingleses les llamaron cobardes.
