Mirónides hijo de Calias es uno de los generales atenienses que menos resonancia histórica ha tenido, hecho por otro lado más que injusto, pues no en vano su figura es clave para cimentar el poderío ateniense y el concepto que después la Historia acabará por llamar el “siglo de Pericles”.
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Mirónides, el ateniense olvidado. Vida
Sabemos por Aristófanes, en concreto por sus obras Lisístrata (801) y La asamblea de las mujeres (303), que era un hombre valiente, duro y enérgico.
“En el arcontado del valiente Mirónides nadie se hubiera atrevido a cobrar sueldo por su intervención en los negocios públicos, sino que todo el mundo acudía trayéndose su botita de vino con un pedazo de pan, dos cebollas y tres o cuatro aceitunas. Hoy, en cuanto se hace algo por el estado, enseguida se reclama el trióbolo, como cualquier obrero albañil.”
Diodoro de Sicilia (XI 79, 3) nos cuenta que Mirónides era tenido por un general valiente, literalmente:
“[…] un hombre admirado por su valor”
Aunque exagera al situarlo a la altura de Milciades, Temístocles, Arístides, Cimón o Pericles, si que se puede discernir que sus actos bélicos dejaron huella entre los atenienses.
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Por otro lado también se puede averiguar su tendencia política por una anécdota que nos deja el propio Diodoro (XI 81, 4-6). Cuando Mirónides organizó a las tropas para partir hacia Beocia y combatir a los tebanos en el verano del 457 aC., este sólo se llevó a los hoplitas que se presentaron, y no esperó al resto.