Los últimos reyes visigodos desaparecieron con su reino entre los años 711 y 714.
Personajes como el “pérfido” Witiza, el “glorioso” don Rodrigo o el “invasor” Tarik ibn Ziyad forman parte de la historia general de España que se enseñó durante muchísimo tiempo en las escuelas españolas junto a la famosa lista de los reyes godos.
Los últimos reyes visigodos. Witiza y Rodrigo
No sólo eso sino que quemó las declaraciones de deuda del Tesoro que Egica les hizo firmar y finalmente les devolvió sus cargos palatinos. Durante su reinado, el metropolitano de Toledo gobernó la Iglesia con dignidad y se celebraron grandes concilios en Toledo. Se dice que las actas del XVIII Concilio de Toledo pasaron a la Edad Media recogidas en un único manuscrito, pero como no se han conservado no podemos saber a qué problemas se enfrentaron los obispos del tiempo de Witiza, si bien seguramente serían asuntos muy similares a los que acuciaban el reino en sus últimos tiempos pero lo suficientemente graves puesto que lograron propiciar el final del reino. A nosotros se nos ocurre la posibilidad de que probablemente la aristocracia favorecida por Egica se viera ofendida al devolver Witiza los derechos y propiedades a sus rivales, las gentes desterradas por su padre y enemigas de estos terratenientes y que probablemente por ello Rodrigo se alzó ilegalmente como rey contra Witiza, pero sólo cabe conjeturar acerca de ello.
Rodrigo reinó solamente por un año y los testimonios numismáticos que de él nos quedan son muy escasos, reduciéndose a dos acuñaciones de Toledo y Egitania. En 711, Muza, el gobernador árabe de África envió a Tarik ibn Ziyad a desembarcar en Gibraltar –nombre que deriva de éste mismo militar, Gebel Tarik, roca de Tarik– y comenzó a atacar y saquear las ciudades en derredor.
En una batalla que actualmente se ubica próxima al río Guadalete pero que originariamente tuvo lugar en los “Transductine Promontorios”, el rey hizo frente al invasor con un ejército que le era hostil por haberse alzado en usurpación. Es posible que en el contexto de esta batalla los partidarios de Witiza aprovecharan para abandonar al que consideraban usurpador y también es posible que los musulmanes hubieran llegado llamados por los partidarios del rey fallecido, aunque en el contexto de expansión que los musulmanes estaban llevando a cabo hace pensar que el motivo de su invasión fuera más bien expansivo que para ayudar a una u otra facción visigoda.
Tampoco parece probable que los musulmanes lograran cruzar el estrecho con la connivencia del conde de Ceuta conocido como Julián porque Rodrigo mancilló a su hija. Este es un pretexto que se dio en la historiografía española muchos años pero que carece de peso. En el momento en que los árabes llegaron a Ceuta controlaban suficientes e importantes puertos africanos para ir y venir donde quisieran como para necesitar la “aprobación” de un despechado conde Julián.
El cronista nos dice que en una sola batalla el rey Rodrigo perdió su trono y su patria. Probablemente él mismo muriera ya que nada vuelve a saberse de él, lo que sí sabemos es que su esposa le sobrevivió y se casó con un gobernador musulmán de Hispania. El metropolitano de Toledo, aterrorizado ante el avance musulmán, huyó a Roma abandonando a sus fieles.
Muza, el gobernador, pasó a Hispania y avanzó hasta Toledo donde condenó a muerte a Oppa, uno de los hijos de Egica y hermano de Witiza y después avanzó hasta Zaragoza, si bien estableció su cuartel general en Córdoba y no en Toledo. Que sepamos, fue Teudimero, el mismo que había rechazado la incursión naval bizantina, el que se enfrentó con fiereza a los musulmanes; pero hasta él terminó por pactar con Abd el Aziz, hijo de Muza, viendo lo inevitable. Para 716 los musulmanes estaban ya en la Narbonense.
Autor: Miguel Angel Municio Castro para revistadehistoria.es desde http://romanainsolentia.com/
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Bibliografía:
ISLA FREZ, A.: Ejército, sociedad y política en la Península Ibérica entre los siglos VII y XI, Madrid, 2010.
SANZ SERRANO, R: Historia de los godos. Una epopeya histórica de Escandinavia a Toledo, Madrid, 2009.
THOMPSON, E.A.: Los godos en España, Madrid, 2014.
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19/10/2016 @ 18:50
El autor no hace mención a un personaje clave, el obispo o arzobispo de Sevilla, Oppas, quien por cohecho recibió dinero de los musulmanes por debilitar las alas del ejército de Rodrigo, lo que produjo su derrota y la posterior invasión musulmana de toda la península.
Asimismo, el tal Oppas, ocho años después, intentó convencer a Pelayo, también por cohecho, ofreciéndole tierras en la zona ya conquistada por los musulmanes, a lo que Pelayo se negó.
Así comenzó la batalla de Covadonga, y por ende la Reconquista de la hispania visigoda.
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