Tras realizar reparaciones, el Glorioso puso rumbo a Cádiz y el 17 de octubre se encontró con otra flota inglesa, con un total de casi mil hombres y 120 cañones. Nuevamente el Glorioso dio cuenta de ellos, derribando el mástil de una fragata inglesa, y alcanzando la santabárbara del Darmouth, que saltó por los aires con casi toda su tripulación de 325 hombres.

Nuevamente, el 18 de octubre 3 fragatas inglesas, a las que se les había unido el navío de línea Russell de 80 cañones, se lanzaron sobre el Glorioso, acribillándolo con toda su artillería y tras resistir toda la noche, con 33 muertos, 120 heridos, totalmente desarbolado y lo que es mas importante, habiendo agotado toda su munición, don Pedro Mesía rindió caballerosamente su barco.
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