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La Carrera del Glorioso

La Carrera del Glorioso es como se conoce a una fabulosa serie de combates de este navío de línea de la Armada Española contra varios escuadrones de navíos y fragatas ingleses que trataban de capturarlo, al mando de Pedro Mesía de la Cerda, un noble, marino y militar español que llegó a ser el quinto virrey de Nueva Granada.
La Carrera del Glorioso, don Pedro Mesía de la Cerda

La Carrera del Glorioso

En 1747 Pedro Mesía comandaba el Glorioso, un navío de 70 cañones, que albergaba en sus bodegas cuatro millones de pesos de plata procedentes de América. El 25 de julio de 1747, cuando navegaba cerca de las islas Azores, fue atacado por los navíos ingleses Warwick, de 60 cañones, la fragata Laark, de 40 cañones y un bergantín de 20 cañones. A pesar de la inferioridad numérica, y gracias a las hábiles maniobras de Pedro Mesía, El Glorioso cañoneó al Lark con tal contundencia que provocó en el buque inglés graves daños en el casco y el aparejo. Alejó al bergantín inglés trasladando cañones de un lado a otro del Glorioso y abrió fuego contra el Warwick, derribando su mástil principal y obligándole a retirarse.

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El 14 de agosto, cerca de Finisterre, el Glorioso se encontró frente al navío inglés de línea Oxford, de 50 cañones, la fragata Shoreham de 24 cañones y el bergantín Falcon, de 20 cañones. Los ingleses se lanzaron sobre su presa, pero en apenas 3 horas el Glorioso los puso en fuga y descargó su carga de plata en el puerto de Corcubión.

Tras realizar reparaciones, el Glorioso puso rumbo a Cádiz y el 17 de octubre se encontró con otra flota inglesa, con un total de casi mil hombres y 120 cañones. Nuevamente el Glorioso dio cuenta de ellos, derribando el mástil de una fragata inglesa, y alcanzando la santabárbara del Darmouth, que saltó por los aires con casi toda su tripulación de 325 hombres.

La Carrera del Glorioso, el combate contra el Darmouth

Nuevamente, el 18 de octubre 3 fragatas inglesas, a las que se les había unido el navío de línea Russell de 80 cañones, se lanzaron sobre el Glorioso, acribillándolo con toda su artillería y tras resistir toda la noche, con 33 muertos, 120 heridos, totalmente desarbolado y lo que es mas importante, habiendo agotado toda su munición, don Pedro Mesía rindió caballerosamente su barco.

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La tripulación rendida fue llevada a Londres, donde fueron objeto de admiración por parte de sus enemigos. Pedro Mesía fue posteriormente ascendido a Jefe de Escuadra por su valor en combate y la tripulación española superviviente recibió el reconocimiento merecido a su regreso a España, convirtiéndose la historia de la Carrera del Glorioso en un hito de honor en la historia naval española.

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