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El Reino Astur, origen de los núcleos de resistencia cristiana en el norte peninsular

Frente al predominio musulmán encontramos el desarrollo de un primer núcleo cristiano definido en el espacio peninsular. Éste es el Reino de Asturias (o Reino Astur, según el autor consultado), fruto de la conjunción entre los pobladores de la Cornisa Cantábrica y los grupos hispanovisigodos que se vieron desplazados hacia el norte por el empuje musulmán.

Junto a él, podríamos señalar la peculiar situación de la población cristiana de las zonas circundantes de los Pirineos, que aunque todavía no aparecen definidas como un núcleo de resistencia cristiano, mantendrían latente su estructura diferenciada del dominio musulmán.

El Reino Astur

Este breve trabajo se presenta como una continuación del artículo titulado “Al-Ándalus, el inestable dominio musulmán de mediados del siglo VIII”, publicado en este mismo soporte. El objetivo es, por tanto, completar el mapa político peninsular del siglo VIII.

El Reino Astur, origen y desarrollo del primer núcleo de resistencia cristiano

Mientras el área peninsular controlada por los musulmanes vivía momentos de crisis (que analizamos brevemente en Al-Ándalus, el inestable dominio musulmán de mediados del siglo VIII), asistimos en el norte a la consolidación del primer núcleo de resistencia cristiano: el Reino Astur. Su inicio cronológico ha sido situado tradicionalmente en la mítica batalla de Covadonga, en torno al 722. A partir de éste, poco a poco se definirán otros núcleos cristianos en momentos posteriores.

Don Pelayo: Batalla de Covadonga

Salvando la presencia de guarniciones musulmanas en algunos enclaves estratégicos, como Pamplona, Gijón o Barcelona, parece que el interés del poder musulmán peninsular por las áreas norteñas fue más bien reducido.

A pesar de ello, cabe esperar que entre unos y otros se estableciera una relación de dominio, posiblemente reflejada en forma de tributos, tal y como podemos interpretar a través del conocimiento de la tradición “pactista” de los musulmanes en la expansión del Islam.

Parece en consecuencia difícil que en fechas tan tempranas como la atribuida a la batalla de Covadonga hubiera sido posible una organización militar de oposición al predominio musulmán verdaderamente eficaz, y que es más plausible que el núcleo inicial que forma el Reino Astur fuera fruto del asentamiento de poblaciones hispanovisigodas en estos territorios tras desplazarse hacia el norte ante el avance musulmán, que actuarían como caudillos de los pobladores cristianos de la zona, asumiendo la dirección militar de éstos frente al Islam.
Don Pelayo

El núcleo inicial cuyo control se atribuye al propio Pelayo, líder cristiano en la batalla de Covadonga, se vería ampliado bajo el reinado de Alfonso I (739-757), quien heredó el trono tras la muerte del hijo de Pelayo, y en cuya persona convergían así las dos áreas cristianas principales de la Cornisa (por ser éste el dux de Cantabria).

Esta primera expansión fue posible porque coincidió con la retirada de efectivos bereberes hacia el sur, en el contexto de la sublevación de 740-741. Sin embargo, dada la vulnerabilidad de la zona a los ataques musulmanes procedentes de los territorios al sur del Duero, es poco probable que se diera en esta zona una repoblación de origen cristiano.

Además, las fuentes parecen reservar este concepto sólo a las áreas más al norte de la cuenca del Duero, es decir, la Galicia Marítima, Primorias, Liébana, Trasmiera, Carranza, Sopuerta y Bardulias, siendo esta última el origen de la posterior Castilla. Deducimos en base a esto que la cuenca del Duero quedaría definida como un “vacío poblacional” (en gran medida desmentido por la arqueología) entre el núcleo astur y el área de dominio musulmán.

Abd Al Rahman I

Esta situación terminaría con el ascenso al poder cordobés de Abd al-Rahmán I y la consecuente consolidación del emirato cordobés. Ello conllevaría un aumento de la presión dominadora musulmana sobre el territorio y los poderes cristianos, presente en relatos ya legendarios, como el del Tributo de las Cien Doncellas. Nos encontramos por tanto ante un primer núcleo de resistencia aún en cierta desventaja ante el predominio musulmán.

El área pirenaica

A mediados del siglo VII no podemos distinguir un desarrollo claro de una resistencia cristiana en la zona circundante de los Pirineos. Aún quedarían algunos años para que se materializase una organización cristiana opuesta al dominio musulmán a través de la creación de la Marca Hispánica, aunque cabe señalar que es en estos momentos cuando se dan los primeros pasos encaminados a concretar un interés claro por la creación de la misma.

Condados de la Marca Hispánica

En los primeros momentos de la ocupación musulmana podemos observar movimientos transpirenaicos musulmanes, que habrían quedado truncados principalmente tras su derrota en Poitiers (732), por lo que el área de influencia de estos habría quedado limitada al sur de los Pirineos. Es de suponer que la organización social cristiana, basada en la dicotomía nobles/campesinos en relación con los derechos de posesión de la tierra, se habría mantenido bajo el dominio musulmán hasta su definitiva cristalización tras la intervención carolingia.

La Batalla de Poitiers

El mantenimiento de estas pautas sociales permitiría en cierta medida la gestación de lo que posteriormente será el segundo núcleo de resistencia norteño ante el dominio musulmán.

Autor: Isabel Ilzarbe para revistadehistoria.es

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