El germen del Ejército de Andalucía lo formaban las tropas regulares del Campo de Gibraltar, 16 regimientos de infantería y 3 de caballería al mando del general Castaños.
Por su parte, Teodoro Reding comenzó el reclutamiento de un segundo ejército, en la provincia de Granada. El reclutamiento fue masivo, destacando el número de voluntarios, que formaban más de la mitad del Ejército de Andalucía (unos 17.000 hombres).
Batalla de Bailén: las heroicas mujeres de Bailén
Después de varios episodios de lucha muy virulenta, en unas condiciones climáticas asfixiantes, el general Dupont fue derrotado por las tropas españolas antes de que las tropas del general francés Vedel, que volvían desde La Carolina, pudieran unirse a él. Unos 17.600 soldados franceses depusieron sus armas.
Con el espeso polvo surcando el campo de batalla y el calor haciendo mella en los soldados, ya al medio día, el sol se convirtió en un desagradable protagonista para ambos ejércitos cuando la temperatura sobrepasó los 40 grados. En ese momento hicieron su entrada en batalla cientos de mujeres del vecino pueblo de Bailén que, arriesgando sus vidas, trasportaron cántaros de agua entre sus compatriotas.
Al medio día del 19 julio en Bailen, la temperatura apretaba y los franceses se iban a derretir de calor. El hecho de las tropas españolas estuvieran con la vanguardia hacia el pueblo de Bailén, permitió que la población local ayudara en todo cuanto pudo a sus tropas. La ayuda más valiosa fue sin duda el suministro de agua para los soldados, y para la refrigeración de la artillería.
Los cañones estaban al rojo vivo en un día “especialmente caluroso”. El suministro de agua para las piezas de la artillería española permitió que no dejaran de cumplir su cometido contra las tropas francesas. En el bando contrario, sin embargo, la efectividad de la artillería estuvo sustancialmente reducida por el excesivo calentamiento de los cañones y por la destrucción de algunos de ellos.
María Bellido (o María Luisa Vellido o María Inés Juliana Bellido Vallejo) debe su fama al haber dado de beber al general Teodoro de Reding. Cuenta el coronel Rafael Vidal Delgado, historiador militar, en referencia a la batalla de Bailén y a la contribución de María Bellido:
“Cuando una bala rompió el cántaro y ella, sin inmutarse, recogió un trozo del mismo en el que aún quedaba agua y se lo ofreció al general.”
El general Francisco Javier Castaños, jefe de la fuerza española enfrentada a la francesa napoleónica, elogia la actitud de los vecinos de Bailén durante la batalla:
“Heroicos vecinos, cuya lealtad y patriotismo debe servir de ejemplo y será bien señalada en la historia de nuestra gloriosa guerra; pues aunque algunos podrán querer competir en los auxilios de víveres y agua que arriesgando su vida proporcionaron durante la batalla, sin que las mujeres y niños cediesen en nada a los más esforzados varones.”
Las anotaciones de los oficiales Tomás Pascual Maupoey y Gaspar Goicoechea, las del general Antonio Remón Zarco del Valle y del historiador Ramón Cotta, sintetizan al respecto de la batalla y los hechos que se analizan:
“En pleno fervor del combate llegaron hasta el puesto de mando varias mujeres portando unos cántaros de agua. Una de ellas, llamada María Luisa Bellido, ofreció agua al general y en el momento en que elevaba la vasija una bala rompió el cantarillo. La mujer no se inmutó. Recogió un tiesto donde había quedado algo de agua y lo ofreció al general, que alabó su valor y ofreció premiarla.”
Desde entonces, en el escudo de la ciudad de Bailén figura en lugar preferente un cántaro agujereado, que representa a María Bellido.
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