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SuscribirseTácticas navales de la Antigüedad
El capitán de la nave se aproximaba a la nave enemiga, y en el último momento maniobraba bruscamente para embestirla con su espolón, intentando en la medida de lo posible alcanzar la zona de popa de la nave enemiga, ya que allí no había remos en los que enredarse.
Esta maniobra era tan popular que para intentar neutralizarla, las flotas empezaron a navegar en formación en línea para evitar estos ataques, sobre todo si eran cogidos por sorpresa.
El desarrollo de las formaciones para evitar la maniobra Diekplous, llevó a la denominada táctica Periplous, que consistía en colocar una segunda fila de naves de forma escalonada con las proas apuntando a los espacios que dejaban las naves de la primera fila. De esta manera si una nave enemiga conseguía deslizarse entre algún hueco de la primera fila, al maniobrar para embestir quedaba expuesta al segundo escalón defensor, que podía embestirla a placer.
El uso de estas maniobras y contramaniobras hacían necesario un gran número de naves, por lo que las potencias navales se afanaron en intentar conseguir tener la superioridad numérica, ya que esto permitía envolver a las formaciones enemigas por las alas, y desbaratar su defensa. En estos casos, las naves rodeadas adoptaban la táctica Kiklos, formando un círculo cerrado con las proas apuntando al exterior del mismo.
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Bibliografía
Imperium Maris, Historia de la marina romana Imperial y Republicana, Arturo S. Sanz, Ed. La esfera de los libros