OperaciĆ³n Chariot

Con la caĆ­da de Francia en 1940, Alemania no solo eliminaba a unos de sus grandes enemigos si no que ahora tenĆ­a mĆ”s cerca a Gran BretaƱa, hasta ese momento el Ćŗnico que mostraba resistencia.

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DespuĆ©s de intentar hacer claudicar a los britĆ”nicos desde el aire a base de bombardeos, los alemanes pasaron a la segunda opciĆ³n, hacerlo por mar.

Alemania contaba para ello con su flota de submarinos U-Boot y su famoso ataque en grupos llamado manada de lobos. Por contra tenĆ­a el problema de la escasez de naves de superficie pero contaban con dos excepcionales naves: los acorazados Bismark y Tirpitz.

Tras una larga persecuciĆ³n por el AtlĆ”ntico norte los britĆ”nicos consiguieron dar caza al Bismark que tras sufrir graves daƱos fue hundido por su tripulaciĆ³n en mayo de 1941. Aun quedaba el Tirpitz en servicio.

Debido a sus grandes dimensiones solo dos puertos estaban preparados para albergar al coloso alemĆ”n en caso de necesitar algĆŗn tipo de reparaciĆ³n: uno se encontraba en los fiordos noruegos y el otro estaba situado en la desembocadura del rĆ­o Loira en la costa atlĆ”ntica de la Francia ocupada.

Con el objetivo de que los alemanes no pudieran utilizar el puerto de Saint-Nazarie como posible punto de reparaciĆ³n y consiguiendo de paso que el Tirpitz no fuera destinado al AtlĆ”ntico, los britĆ”nicos decidieron lanzar la OperaciĆ³n Chariot.

OperaciĆ³n Chariot

Esta operaciĆ³n serĆ­a llevada a cabo por los comandos britĆ”nicos con apoyo de la fuerza aĆ©rea y la marina. Para ello camuflarĆ­an el HMS Campbeltown, un antiguo destructor, haciĆ©ndolo pasar por un torpedero alemĆ”n y cargado de explosivos remontarĆ­an el rio Loira hasta llegar hasta el puerto de Saint-Nazarie.

Llegados al puerto, estrellarĆ­an el destructor contra la esclusa del dique seco, el Ćŗnico de la zona capaz de albergar el Tirpitz, despuĆ©s los comandos destruirĆ­an las instalaciones del puerto. Al terminar la misiĆ³n embarcarĆ­an de nuevo en las lanchas y ocho horas despuĆ©s el Campbeltown estallarĆ­a por aires destruyendo por completo el dique.

No serƭa un plan fƔcil de realizar. Tendrƭan que atravesar el mar sin ser detectados, aun asƭ tendrƭan hacer frente a las defensas alemanas desplegadas en ambas orillas del rƭo Loira y despuƩs de remontar el rƭo a las tropas que ocupaban el puerto, uno 5000 efectivos con el apoyo de las defensas costeras y artillerƭa antiaƩrea.

El 26 de marzo de 1942 partiĆ³ la misiĆ³n compuesta por 3 destructores, 18 lanchas motoras y 611 comandos y cubierta desde el aire por varios cazas Spitfire.

La maƱana del dĆ­a siguiente detectaron la presencia de un submarino alemĆ”n al que persiguieron pero no lograron darle caza. Con certeza el submarino darĆ­a el aviso de la aproximaciĆ³n de los britĆ”nicos pero incomprensiblemente no mandaron efectivos a interceptarla

Al atardecer, justo cuando se aproximaban a la desembocadura del Loira, los dos destructores que servĆ­an de escolta se retiraron. Con la oscuridad de la noche la fuerza aĆ©rea britĆ”nica ejecuto su maniobra de distracciĆ³n bombardeando el puerto facilitando de esta manera que los comandos remontaran el rĆ­o sin ser descubiertos.

DespuĆ©s de esquivar los peligrosos tramos de poca profundidad y no ser avistados desde el faro, a la 1:20 de la madrugada y a escasa distancia del su objetivo fueron descubiertos por los alemanes. Los britĆ”nicos aĆŗn guardaban un as en la manga. Un marinero entrenado en el uso del cĆ³digo de seƱales alemĆ”n hizo creer a los nazis que eran un convoy del Reich en misiĆ³n secreta ganando de esta manera tiempo.

El falso torpedero alemĆ”n comenzĆ³ a exprimir su motor a medida que se acercaba a su objetivo. Los nazis al principio sorprendidos acabaron descubriendo el engaƱo y abrieron fuego. A pesar de la lluvia de fuego recibida por el destructor, Ć©ste consiguiĆ³ estrellarse contra la esclusa principal del dique seco.

Los comandos supervivientes del destructor saltaron a tierra para poder defenderse mejor y establecer una salida segura. El resto de comandos, los que viajaban en las lanchas, al mando del coronel Newman se empeƱaban con esmero en cumplir las misiones encomendadas. Mientras eliminaban las instalaciones portuarias asignadas y colocaban todas las cargas explosivas posibles en los barcos del puerto continuaban batiƩndose el cobre con los alemanes.

Pero los alemanes se repusieron de la sorpresa inicial y poco a poco fueron ganando terreno a los comandos, consiguiendo hundir una de las lanchas que intentaban escapar rĆ­o abajo.

La huida por el rĆ­o se hacĆ­a casi imposible, solo una de las lanchas consiguiĆ³ hacerlo junto a la caƱonera del capitĆ”n de corbeta Ryder que dirigĆ­a las operaciones marĆ­timas. Los comandos que habĆ­an quedado en el puerto tomaron la decisiĆ³n de tratar escapar por tierra intentando llegar a EspaƱa y desde ahĆ­ alcanzar Gibraltar. Pero fue inĆŗtil, uno a uno los grupos fuero cayendo en manos alemanas a excepciĆ³n de un grupo de cinco hombres que sĆ­ consiguieron llegar a EspaƱa.

AĆŗn quedaba una sorpresa mĆ”s para los alemanes que no consiguieron averiguar a pesar de sus interrogatorios. A las 10 de la maƱana mientras era revisado por los alemanes, los temporizadores llegaron al final de su tiempo haciendo explotar por los aires el Campbeltown destruyendo el dique y llevĆ”ndose la vida de cuarenta alemanes.

La misiĆ³n fue un Ć©xito para los britĆ”nicos a pesar del gran numero de de bajas y prisioneros. El dique no pudo volver a ser utilizado durante el resto de la guerra evitando de esta forma el despliegue de grandes barcos alemanes en el AtlĆ”ntico. Por esta misiĆ³n fueron concedidas 3 condecoraciones de la Cruz Victoria al coronel Newman, y a los capitanes de corbeta Ryder y Beattie y otras dos a tĆ­tulo pĆ³stumo.

Autor: Ignacio PĆ©rez Pascual para revistadehistoria.es

Lee mƔs del autor en: https://nosoyhistoriador.wordpress.com/

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