Nínive: La Joya del Tigris y el Esplendor Asirio

Nínive, la antigua ciudad asiria ubicada en la orilla oriental del río Tigris, es una de las joyas arqueológicas más fascinantes del mundo. Su historia se remonta a la Edad del Bronce, pero alcanzó su apogeo durante el reinado del rey Senaquerib en el siglo VII a.C., cuando se convirtió en la capital del Imperio Asirio.

Nínive: La Joya del Tigris y el Esplendor Asirio

  Senaquerib transformó Nínive en una ciudad espléndida, con magníficos palacios y jardines colgantes que rivalizaban con los de Babilonia. Construyó una serie de canales para llevar agua a la ciudad desde las montañas cercanas, una hazaña de ingeniería que permitió a Nínive prosperar en medio del árido paisaje mesopotámico. El palacio de Senaquerib, conocido como “el Palacio sin Rival”, era un complejo de edificios y jardines que cubría un área de más de 12 hectáreas.

El rey Senaquerib

Senaquerib fue un rey de Asiria que gobernó desde el 705 a.C. hasta su muerte en el 681 a.C. También fue rey de Babilonia entre 705 y 703, y nuevamente desde 689 a.C. hasta su muerte. Era hijo y sucesor de Sargón II, y durante su reinado estuvo involucrado en constantes conflictos en todo el Creciente Fértil, luchando contra Elam, Urartu y Egipto.

Senaquerib es conocido por su intensa actividad bélica, pero también dedicó grandes esfuerzos a la arquitectura y las obras públicas. Reconstruyó la antigua ciudad sagrada de Nínive con proporciones colosales, convirtiéndola en la gran capital de Asiria. Dotó a Nínive de templos, palacios, jardines y murallas, y construyó el acueducto de Jerwan, un gigantesco acueducto para abastecer a la ciudad de agua.

Una de las campañas más notables de Senaquerib fue la campaña del Oeste en el 701 a.C., en la que sometió a los sublevados contra el yugo asirio en Siria y el Levante mediterráneo. Sin embargo, a pesar de sus victorias, no logró tomar Jerusalén. Según el relato bíblico, un ángel de Yahvé mató a 185,000 hombres en el campamento de los asirios en una noche, obligando a Senaquerib a regresar a su país.

Senaquerib murió asesinado por dos de sus hijos en una revuelta palaciega. Fue sucedido y vengado por su hijo menor y heredero designado, Asarhaddón.

Una ciudad culta

Nínive también era un centro de aprendizaje y cultura. La Biblioteca de Asurbanipal, ubicada en la antigua ciudad asiria de Nínive, es conocida por ser una de las más grandes de la antigüedad. Fue iniciada por el rey Sargón II, que reinó desde el 722 al 705 a.C., y luego ampliada por el rey Asurbanipal (669-627 a.C.). Esta biblioteca albergaba una extensa colección de tablillas de arcilla, llegando a reunir hasta 22,000 tablillas, que fueron encontradas bajo los escombros del palacio real en Nínive.

La biblioteca es famosa por su diversidad de temas, que incluyen gramática, listas oficiales de ciudades, tratados de matemáticas y astronomía, libros de magia, religión, ciencias, arte, historia y literatura. Una de las obras más famosas de la biblioteca es el Poema de Gilgamesh, considerada como la obra narrativa más antigua de la humanidad. Además, en ella se encontraron textos que permitieron profundizar el conocimiento del idioma acadio y sugirieron la existencia de otro idioma mesopotámico escrito con caracteres cuneiformes, el sumerio.

Asurbanipal, además de ser un reconocido comandante marcial, era un intelectual que sabía leer y escribir, y un apasionado coleccionista de textos y tablillas. Envió escribas a todas las regiones del Imperio neoasirio para recopilar textos antiguos y contrató a eruditos y escribas para copiar textos, principalmente de fuentes babilónicas.

La biblioteca fue destruida en el año 612 a.C. por una coalición de babilonios, escitas y medos. Se cree que durante el incendio del palacio, un gran fuego arrasó la biblioteca, haciendo que las tablillas cuneiformes de arcilla se cocieran parcialmente, lo que ayudó a preservar las tablillas. Sin embargo, es posible que algunos de los textos estuvieran inscritos en tablillas de cera que, por su naturaleza orgánica, se han perdido.

En la actualidad, un equipo de académicos y arqueólogos iraquíes está trabajando en el proyecto de restaurar la antigua biblioteca, con la colaboración del Museo Británico, donde están depositadas las antiguas tablillas.

El Poema de Gilgamesh

El Poema de Gilgamesh, también conocido como la Epopeya de Gilgamesh, es una narración acadia en verso que data de entre 2500 y 2000 a.C. Se basa en cinco poemas sumerios independientes y es la obra épica más antigua conocida. El poema narra las aventuras del rey Gilgamesh, quien es descrito como un gobernante despótico de Uruk. Los súbditos de Gilgamesh, cansados de su lujuria desenfrenada, se quejan a los dioses, quienes responden creando a Enkidu, un hombre salvaje destinado a enfrentarse a Gilgamesh. En lugar de matarse el uno al otro, Gilgamesh y Enkidu se hacen amigos y emprenden varias aventuras juntos.

El poema también incluye una versión del relato del diluvio universal. El núcleo sentimental del poema se encuentra en el duelo de Gilgamesh tras la muerte de su amigo Enkidu. Los críticos consideran que es la primera obra literaria que hace énfasis en la mortalidad humana frente a la inmortalidad de los dioses.

La versión más completa del poema se encuentra en un conjunto de doce tabletas de arcilla que pertenecían a la biblioteca del rey asirio Asurbanipal del siglo VII a.C. Las once primeras tabletas narran la Epopeya de Gilgamesh, y la duodécima contiene un poema independiente sobre la bajada de Enkidu a los infiernos.

El fin de la ciudad

Sin embargo, a pesar de su esplendor, Nínive también fue escenario de violencia y destrucción. Los asirios eran conocidos por su ferocidad en la guerra, y Nínive, como capital del imperio, fue a menudo el objetivo de los enemigos de Asiria. En el 612 a.C., una coalición de babilonios, medos y escitas asedió y destruyó la ciudad, marcando el fin del Imperio Asirio.

  Los restos de Nínive fueron finalmente redescubiertos en el siglo XIX por exploradores y arqueólogos occidentales. Las excavaciones han revelado los restos de los palacios de Senaquerib y Asurbanipal, así como las murallas de la ciudad y las puertas monumentales. Sin embargo, gran parte de Nínive aún permanece sin excavar, y la ciudad continúa siendo una fuente de descubrimientos arqueológicos.

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