Este extraordinario ascenso comienza en Córcega, en 1769, en una familia de origen noble pero de recursos modestos. La educación militar de Napoleón en la Francia continental, financiada por el Rey, le proporcionó una base sólida en tácticas y estrategia militar.
Napoleón, el águila ascendente, de Córcega al trono Imperial
Este cambio de lealtades de la familia Buonaparte fue clave para el futuro de Napoleón. Le permitió acceder a una educación en Francia continental, primero en la escuela de Autun y luego en la prestigiosa École Militaire en París. Aunque Napoleón siempre mantuvo un fuerte vínculo emocional con Córcega y se enorgullecía de su herencia corsa, su educación y carrera estuvieron íntimamente ligadas a Francia.
La infancia y adolescencia de Napoleón en Córcega también fueron influenciadas por la cultura y el idioma corsos. Aunque aprendió francés en la escuela, el corso fue su lengua materna, y la cultura isleña dejó una huella indeleble en su identidad. Esto se reflejó en su fuerte sentido de independencia, su tenacidad y su habilidad para navegar entre diferentes culturas y contextos.
Formación militar
La formación educativa de Napoleón Bonaparte en Francia fue un aspecto crucial en su desarrollo, tanto personal como profesional. Su paso por la escuela de Autun y posteriormente por la École Militaire en París proporcionó a Napoleón una sólida formación militar y académica, cimentando las bases de su futuro como líder militar y estadista.
En la Escuela de Autun
Napoleón fue enviado a la escuela de Autun en 1778, a la edad de nueve años, para aprender francés. Esta decisión fue significativa, ya que hasta ese momento, su educación había sido en corso y en italiano. La transición al francés era esencial para su futura carrera en el ejército francés. Su estancia en Autun fue relativamente corta pero crucial, ya que le proporcionó las habilidades lingüísticas necesarias para su posterior educación y carrera en Francia.
École Militaire en París
Tras su estancia en Autun, Napoleón ingresó en la École Militaire de París en 1779. Esta institución era una de las más prestigiosas academias militares de Francia, destinada a formar a los jóvenes de familias nobles en las artes militares. La admisión de Napoleón a esta academia fue posible gracias a la influencia de su padre y al estatus nobiliario de su familia, aunque no fueran particularmente adinerados ni de alta nobleza.
En la École Militaire, Napoleón recibió una educación exhaustiva en tácticas militares, estrategia, artillería y ciencia. Se destacó especialmente en matemáticas y geografía, asignaturas que más tarde jugarían un papel crucial en su carrera militar. Sin embargo, su tiempo en la academia no estuvo exento de dificultades. Napoleón, siendo corso y de ascendencia italiana, a menudo se sentía como un extraño y enfrentó cierto grado de discriminación y aislamiento de parte de sus compañeros franceses.
Su educación en la École Militaire fue interrumpida cuando tuvo que graduarse antes de lo previsto en 1785, debido a la muerte de su padre. Esto lo obligó a buscar un puesto en el ejército para sostener a su familia. A pesar de este final abrupto, su formación en la École Militaire le proporcionó las habilidades y conocimientos fundamentales que más tarde aplicaría en su ascenso a través de las filas militares y políticas de Francia.
La educación de Napoleón en Autun y la École Militaire fue más que la adquisición de conocimientos militares; fue un período de formación intelectual y cultural que moldeó su carácter, pensamiento y ambiciones. Su experiencia en estas instituciones no solo le brindó las herramientas necesarias para su futuro militar, sino que también alimentó su sentido de identidad y pertenencia, al mismo tiempo que agudizaba su percepción de ser un forastero, una dualidad que lo caracterizaría durante toda su vida.
Alineación con las Ideas Revolucionarias
Napoleón, durante sus años de formación y en los primeros de su carrera, mostró una notable habilidad para navegar en las aguas turbulentas de la política francesa. Aunque su familia había sido inicialmente leal a la monarquía, Napoleón se adaptó rápidamente a la nueva realidad política tras el estallido de la Revolución en 1789. Se sintió atraído por algunos de los ideales de la Revolución, como la abolición del feudalismo, la promoción de la igualdad ante la ley, y el fin del absolutismo monárquico.
Inicio de su Carrera Militar en el Ejército Revolucionario
Después de graduarse de la École Militaire, Napoleón comenzó su carrera militar como teniente de artillería. La Revolución Francesa le ofreció oportunidades sin precedentes. Con la reorganización del ejército y la eliminación de muchos oficiales aristocráticos, jóvenes oficiales de origen modesto, como Napoleón, tuvieron la oportunidad de ascender rápidamente.
Su primer papel significativo en el ejército revolucionario fue durante el asedio de Tolón en 1793, donde su habilidad como artillero y estratega ayudó a recapturar la ciudad, que estaba en manos de fuerzas realistas y británicas. Su actuación en Tolón fue fundamental para establecer su reputación como un oficial competente y le valió el ascenso a general de brigada a la temprana edad de 24 años.
Relación Compleja con la Revolución
La relación de Napoleón con la Revolución Francesa fue compleja y pragmática. Aunque se benefició de las transformaciones sociales y políticas que trajo la Revolución, su apoyo a estas ideas no siempre fue incondicional. Su ascenso al poder fue, en parte, un reflejo de su capacidad para utilizar las circunstancias revolucionarias en su propio beneficio, posicionándose como un defensor de ciertos ideales revolucionarios mientras se alejaba de su radicalismo y caos.
La adhesión de Napoleón a las ideas revolucionarias y su servicio en el ejército revolucionario fueron fundamentales en su ascenso. Estos años marcaron el inicio de su notable carrera, caracterizada por una combinación de oportunismo, habilidad militar y un agudo sentido de las tendencias políticas de la época. Su habilidad para adaptarse y beneficiarse de la situación política cambiante en Francia sentó las bases para su eventual toma del poder y la creación de un imperio bajo su mando.
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