Mas mujeres envenenadoras
Además de estos sucesos, han pasado a la historia procesos de envenenamientos colectivos protagonizados por otras romanas. El caso más antiguo del que tenemos noticia data del año 331 a.C., cuando tras la muerte de diversos personajes destacados en circunstancias sospechosas, una esclava confesó a las autoridades romanas que las responsables eran las esposas de los fallecidos.
Se registraron las casas de las veinte acusadas y se encontraron varios preparados sospechosos. Dos de estas mujeres, Cornelia y Sergia, ambas pertenecientes a la aristocracia romana, señalaron que se trataba de medicinas, pero fueron obligadas a beber las pócimas y murieron, confirmando el delito.
Casi doscientos años más tarde, los sucesos volvieron a repetirse en varias ocasiones. En el año 186 a.C. varias mujeres fueron acusadas de envenenamiento y condenadas al estrangulamiento a manos de sus familiares, y entre los años 184 y 180 a.C. se produjo un episodio conocido como el de los envenenamientos de las Bacanales.
Entre esos años se había producido una epidemia que había afectado tanto a la ciudad de Roma como a distintas comunidades rurales y que había provocado la muerte en circunstancias misteriosas de personajes tan ilustres como el cónsul Calpurnio Pisón. Las autoridades llevaron a cabo un exhaustivo proceso de investigación que dio con más de 2000 mujeres culpables de haber envenenado a sus parientes masculinos influenciadas por los rituales religiosos del culto a Baco, conocidos por su relación con el vino y el desenfreno.
Entre ellas destacaba, por su posición social, la propia esposa del cónsul fallecido, Cuarta Hostilia. En su caso, el crimen estaba motivado por su deseo de colocar a su hijo Quinto Fulvio Flaco en el puesto del cónsul asesinado, que era su padrastro. Tanto Cuarta como el resto de las acusadas fueron condenadas a muerte.
No solo mujeres envenenadoras…
A lo largo de la historia de Roma, las muertes por envenenamiento fueron un fenómeno no demasiado infrecuente que, como hemos visto, se produjo tanto de forma aislada como conjunta.
A pesar de que las mujeres envenenadoras eran las acusadas más comunes, también se conocen casos de envenenadores, así como de suicidios por envenenamiento, siendo uno de los casos más conocidos el del filósofo Séneca, a quien Nerón obligó a poner fin a su vida mediante la cicuta.
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Diego Güldbransen
10/01/2021 @ 10:31
No fue mesalina..fue AGRIPINA