A Drake y a sus más de 25.000 hombres no les fue complicado desembarcar en las costas y hacerse con el puerto de La Coruña, quemando varios edificios incluida la gran pescadería coruñesa.
En un primer momento creyó haber tomado la decisión acertada a pesar de haber desobedecido una orden real. Todo cambió cuando entraron en la ciudad.
Los soldados de armas, junto a los habitantes coruñeses, se unieron para combatir a los ingleses. Fueron duras semanas de pequeños choques, aunque muy sangrientos, en las calles gallegas y en las murallas. El marqués de Cerralbo, Juan Padilla, organizó la defensa del ataque, pero poco a poco los ingleses iban ganando terreno y era cuestión de tiempo la rendición española. La muralla cedió y los corsarios ingleses no tardaron en penetrar en la ciudad, masacrando a los defensores.
No estaban dispuestos a otorgar clemencia, aunque tampoco los habitantes gallegos lo iban a hacer. Drake conocía la debilidad en La Coruña, pero no contaba con el factor sorpresa. Como caída del cielo, un poco antes de que la bandera inglesa coronase la cima de la muralla, una mujer llamada María Pita de fecha de nacimiento desconocida, que se encontraba junto a su esposo muerto, (un error del soldado que le dio muerte y que sirvió como pretexto para el empuje español) María Pita cogió una espada y gritó en voz alta:
«Quien tenga honra, que me siga»
El soldado que se disponía a colocar la bandera fue ensartado por aquella mujer y todos los supervivientes de la invasión inglesa se unieron a la voz y a los pasos de María Pita.
Las fuentes consultadas también hablan de que lo hizo con una pica y no con una espada o que incluso acabó con la vida del inglés, que sirvió de inspiración a la defensa, derribando su escala con un sillar que fue arrojado con contundencia acabando con su vida de forma inmediata.
En cualquier caso, la acción de María Pita sirvió para acrecentar el valor de los españoles, que tuvo como consecuencia que las tropas inglesas mermaran en un número considerable, por lo que el propio Francis Drake ordenó la retirada ante el arrojo de los coruñeses con un gran número de bajas a sus espaldas y un gran fracaso que la historia de Inglaterra se encargaría de tapar una ocasión más.
María Pita no fue la única mujer que defendió La Coruña de los ingleses, aunque su acción ha sido la más distinguida de entre todas por los testimonios recogidos. Tras el enfrentamiento, María Mayor Fernández de la Cámara y Pita recibió el cargo de alférez por Felipe II a modo de condecoración por su servicio a la corona y su valentía.
Autor: Tito Batán para revistadehistoria.es
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