María Kannon o Buda María, las estatuas camufladas de la Virgen María en los templos budistas de Japón

En un templo budista  Shinpuku-ji  construido en 1522 a 80 km al sur de Edo (Tokio) se conserva la estatua de María Kannon.  El templo está a 10 km del puerto de Uraga donde los galeones de España que navegaban la ruta Manila-Acapulco hacían escala allí hacia 1605-1615 por petición del Shogun Ieyasu Tokugawa.  Ieyasu Tokugawa al subir al trono de Shogun trasladó la capital de Kioto a Edo a la vez que el puerto de Hirado (Nagasaki), principal puerto marítimo de comercio exterior y que estaba a 1000km de Edo era sustituido por el de Uraga en la bahía de Edo.

Las conversiones a la religión católica en la zona sur del  Japón desde la llegada del misionero español Francisco Javier en 1549 fueron progresivas llegando a tener hasta 700.000 fieles hacia 1600. Después de la prohibición de la religión católica de 1620 en adelante, los católicos japoneses fueron obligados a dejar la religión a riesgo de ser expulsados del país o de esconderse y vivir en la clandestinidad.  La existencia de María Kannon es la muestra de la existencia de la población cristiana en clandestinidad durante la época de Edo (1603-1868).

María Kannon, las estatuas camufladas de la Virgen María en los templos budistas de Japón

La religión católica  no se extendió por todo Japón sino principalmente en la zona sur, en la Isla de Kyushuu y en la región de Chuugoku que están a entre 800-1000 km de la capital Edo. Por esta razón el hallazgo de una María Kannon en la zona de Edo se considera novedoso ya que las conversiones no se extendían hasta  esa región.

Una posible explicación  puede ser que durante unos 10 años el puerto de Uraga, con la llegada de galeones de España, se convirtió en un lugar de tránsito de marineros y sacerdotes españoles  que debieron influenciar a los locales y convertirlos en católicos de forma aislada. Hoy no hay rastro de lo que acontecía en aquellos años excepto historia de Miura Anjin (William Adams) que residía en la zona como vasallo de Shogun Ieyasu  Tokugawa.

Los católicos japoneses de la época en realidad son de los más fieles de la época, más incluso que los conversos de la península ibérica y mucho más que los moriscos o los indios del continente americano. Mientras los judíos en España se convertían en católicos en muchos casos por conveniencia las conversiones japonesas eran extremadamente sinceras. La mayoría de ellos no dejaba judaísmo y lo seguía practicando en la sombra, lo mismo los musulmanes convertidos en católicos seguían practicando la religión islámica debido a que  fueron convertidos por fuerza.  Los moriscos al final fueron expulsados por esta razón.  Los indios del continente americano fueron cristianizados también por la imposición. En cambio los japoneses decidieron tomar la religión católica por su propio convencimiento después de evaluar la doctrina cristiana comparándola con la del budismo. Por esta razón a pesar de la prohibición de la religión cristiana impuesta con pena de muerte, los católicos japoneses  mantenían su fe en la clandestinidad durante siglos aunque muchos de ellos fueron descubiertos recibiendo la pena capital.

Por esa razón, los María Kannon camuflados como Buda Kannon dentro de los templos budistas, podían evitar las sospechas de la autoridad local y permitían que los cristianos clandestinos seguían venerando la Virgen María con el Niño Jesús disimuladamente dentro del templo budista de su barrio. Lo que no se sabe es si el bonzo del templo tenía conocimiento sobre la estatua de María Kannon o simplemente hacía la vista gorda.

Durante el período Edo (1603-1868) de Sakoku (aislacionismo del extranjero) en Japón por el gobierno de Tokugawa, se estableció un sistema feudal muy severo con 4 clases sociales con orden jerárquico:

El primero con poder sobre el resto eran los Samurai, el segundo los Campesinos agrícola, el tercero Artesano y el último los Comerciantes. Aunque el campesino agrícola se considera como el segundo, fue la clase peor tratada de todas, ya que estaban obligados a pagar en impuestos a la autoridad local casi toda la cosecha de arroz, independiente de la producción de cada año. La clase campesina vivía en profunda pobreza y pasaban hambre por tener que pagar tanto. Durante ese período, los viajeros tenían que pasar controles en cada tramo del camino como si pasaran fronteras y las autoridades les obligaban a pisar una figura de Cristo para detener a los cristianos clandestinos que se negasen a hacerlo. Esto demuestra la persistencia de la fe cristiana entre la población japonesa a pesar de las estrictas prohibiciones dentro del severo sistema feudal que el período Edo imponía sobre la sociedad japonesa. No tenemos datos sobre la población cristiana clandestina durante el período Edo ni tampoco sabemos cuantos María Kannon existían en Japón.

Lo que se sabe es que en la región sur de Japón se escondían los cristianos en las montañas y mantenían su religión hasta la apertura de 1868.  Ya eran pocos pero hoy conservan esos refugios de los cristianos como recuerdos de la época de la persecución. María Kannon demuestra la existencia de los fieles católicos en Japón durante el periodo Tokugawa. El trabajo de los misioneros españoles de implantar el catolicismo en Japón desde 1549 con la llegada de San Francisco Javier durante 70 años no fue vano y perduraría durante siglos.

Autor: Yutaka Suzuki para revistadehistoria.es

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