El Ludus Magnus era mucho más que una simple escuela de gladiadores. Se trataba de un centro de entrenamiento altamente especializado donde hombres y, en raras ocasiones, mujeres eran preparados para el combate en las arenas. La construcción de este complejo reflejaba la importancia que la sociedad romana otorgaba a los espectáculos públicos. Su proximidad al Coliseo permitía que los gladiadores accedieran directamente a la arena a través de pasadizos subterráneos, un testimonio del nivel de organización que Roma alcanzó.