El 24 de noviembre de 1974, un equipo de arqueólogos encabezado por Donald Johanson que estaba llevando a cabo labores de excavación en EtiopĆa, concretamente en la estación de Hadar, descubrió el esqueleto fosilizado casi completo de un Australopithecus afarensis.Ā Debido a que en el momento del hallazgo los arqueólogos estaban escuchando la canción de los Beatles Lucy in the sky with diamonds, decidieron ponerle al individuo el nombre de Lucy.
En el lugar en el que fueron descubiertos los restos de Lucy se encontraron doscientos fragmentos de esqueleto, pertenecientes al menos a 13 individuos de una misma familia, tanto infantiles como adultos, aunque ninguno de ellos tan completo como el de ella.
Lucy, la Australopithecus afarensis
Si bien su atribución al sexo femenino resultaba evidente, existen dudas sobre si tuvo o no hijos; los diversos estudios apuntan a que sĆ, aunque no se sabe cuĆ”ntos.
En un intento por saber mĆ”s acerca del bipedismo de los antiguos homĆnidos, investigadores britĆ”nicos emplearon tĆ©cnicas derivadas de la robótica para analizar el esqueleto de Lucy. AsĆ, imitaron mediante programas informĆ”ticos la forma en la que la estructura ósea de la afarensis respondĆa ante distintos movimientos y posturas, comparando los resultados tanto con humanos modernos como con simios.
Del descubrimiento a su aceptación
En el momento en el que Lucy salió a la luz las investigaciones prehistóricas se encontraban en un estadio nada comparable al actual, y en un principio la comunidad cientĆfica se negó a aceptar la existencia de un nuevo homĆnido.
Los restos de Lucy se conservaron el EtiopĆa hasta que en el aƱo 2006 partieron rumbo a Estados Unidos para hacer una gira por el paĆs y ser estudiados en profundidad en el Museo de Ciencias Naturales de Houston (Texas).
El Australopithecus afarensis
A raĆz del descubrimiento de Lucy, la información que poseemos sobre los Australopithecus afarensis ha ido aumentando desde entonces. Sabemos, por ejemplo, que su pecho no era como el nuestro, sino que se estrechaba hacia arriba. TambiĆ©n que sus cerebros eran del tamaƱo de los gorilas actuales, aunque mucho mĆ”s grandes que los de ellos en proporción a su cuerpo. Sus caras eran alargadas (prognatismo) y sus dientes tenĆan un tamaƱo grande, sobre todo en lo que respecta a los incisivos y los molares. La especie presentaba un evidente grado de dimorfismo sexual, ya que, si bien los machos podĆan alcanzar 1,50 metros, las hembras eran de la altura de Lucy.
30/05/2020 @ 15:53
MUY INTERESANTE ARTĆCULO. RECUERDO QUE CUANDO SE HIZO UNA DE LAS PRIMERAS PUBLICACIONES SOBRE EL ESQUELETO DE LUCY, HACIA LOS AĆOS OCHENTA, MIS PROFESORES DE LA UNIVERSIDAD DE MONTREAL EXPUSIERON EL ARTĆCULO EN UN PERIODICO MURAL DEL DEPARTAMENTO DE ANTROPOLOGĆA. EL ARTĆCULO EN INGLĆS ESTABA TITULADO “ADĆN Y EVA ERAN NEGROS”. CON ESTE TĆTULO LOS AUTORES, NO TENĆAN NINGUNA INTENCIĆN BĆBLICA, MĆS BIEN QUERĆAN RESALTAR, EN ESE ENTONCES, AL MISMO TIEMPO QUE LA HUMANIDAD ENTERA VIENE DE UNA PAREJA Y QUE ESA PAREJA ERA NEGRA.
MI UNIVERSIDAD ADQUIRIĆ POR ENTONCES UNA RĆPLICA EN PLĆSTICO DEL ESQUELETO DE LUCY QUE PUDIMOS ADMIRAR YA RECONSTRUIDO. ES DECIR, EXPERTOS COMPLETARON LOS ELEMENTOS FALTANTES, CON PLĆSTICO DE OTRO COLOR.
NO ESTOY SEGURO, PERO POR ALGUNAS LECTURAS, RECUERDO QUE LAS MIRADAS A LOS MĆS ANTIGUOS HOMĆNIDOS YA SE HAN DIRIGIDO A ĆFRICA DEL SUR DONDE HAN ENCONTRADO EN UNA CAVERNA UNA INFINIDAD DE FRAGMENTOS ĆSEOS QUE PODRĆAN SER, SI NO ME EQUIVOCO, MĆS ANTIGUOS QUE LOS DE ETIOPĆA.
OTRO PENDIENTE QUE ES NECESARIO PROFUNDIZAR ES LA RELACIĆN DE LOS NEANDERTALES CON LOS SAPIENS. SI AHORA TODOS LOS HUMANOS SOMOS DESCENDIENTES DE LOS SAPIENS, NO DEJAMOS DE TENER GENES DE NEANDERTALES, EXCEPCIĆN HECHA DE LOS AFRICANOS. Y LOS NEANDERTALES, YA DESAPARECIDOS, MUESTRAN CON MUCHA FRECUENCIA, EN SUS RESTOS, GENES DE SAPIENS. LO CUAL NOS INDUCE A PENSAR EN UNA RELACIĆN MUY ESTRECHA Y MESTIZAJE ENTRE AMBOS GRUPOS.
ALGĆN EXPERTO, ENTRE LOS COLABORADORES DE ESTA REVISTA, NOS PODRĆA INSTRUIR MĆS SOBRE EL ESTADO ACTUAL DE TODOS ESTOS ESTUDIOS.