Los Vetones (en latín vettones) eran los habitantes del occidente de la península ibérica. Estaban asentados entre los ríos Duero y Tajo, y su territorio se correspondería con las actuales provincias de Ávila, Salamanca, y parte de Cáceres, Toledo y Zamora, llegando incluso a la parte oriental de Portugal.
Los Vetones: Sociedad
De este modo se ha determinado la presencia de tumbas de guerreros en las que predominan las armas y los arreos de caballo, tumbas de artesanos evidenciadas por la presencia de elementos de trabajo como punzones y diversas herramientas de hierro, tumbas de mujeres determinadas por la presencia de instrumentos destinados a las labores textiles y domesticas como la fusayolas y algunos escasos elementos de adorno personal y un gran número de tumbas sin ajuar de las que por lo tanto no se pueden extraer una actividad determinada dentro del poblado.
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SuscribirseLa presencia en algunos ajuares de herramientas y armas de manera combinada hace pensar en un posible artesano-guerrero a tiempo parcial cuya actividad dependería de las necesidades del momento. En la base de la pirámide de los Vetones nos encontraríamos al grupo más numeroso, relacionado con las tubas pobres sin ajuar, que tradicionalmente se ha asimilado a los individuos de carácter más humilde dedicados a las labores básicas del proceso productivo como la ganadería, el trabajo agrícola o la construcción del poblado y sus defensas. En el caso de las mujeres se diferencia una gradación de modo similar a la expuesta aunque en el caso de sus ajuares resulta más reseñable el estudio de los objetos de adorno más ricos o más pobres ya que el resto de elementos son los relacionados con las actividades domesticas mostrándose la existencia de una fuerte división sexual del trabajo siendo el hombre quien realizaba las tareas económicas más importantes, hecho que se reflejaría en el sistema de descendencia o de prestigio aunque no afectaría necesariamente a las relaciones monogamias que parecen probadas por la presencia de prácticamente el mismo número de hombres que de mujeres.
Del estudio de la distribución de los túmulos dentro de las necrópolis resulta la identificación de agrupamientos específicos de tumbas separadas por aéreas estériles que presumiblemente dispondrían de rituales funerarios homogéneos y en cuyo interior existe un pequeño grupo de tumbas socialmente preeminentes. Estos datos arqueológicos han sido interpretados como el reflejo de un sistema de grupos familiares que determinarían una organización social basada en el régimen gentilicio, también demostrada por la presencia de inscripciones latinas ya tardías presentes en los valles de ríos como el Yeltes, el Duero o el Jerte que determinarían la presencia de diferentes grupos tribales o gens. De este modo los diferentes individuos se hallarían unidos por lazos de consanguinidad y relaciones de parentesco complejas diferenciadas de las presentes en la familia patriarcal romana. Algunas de las características de estos grupos gentilicios, determinadas por Morgan en su estudio de las tribus Iroquesas, son la obligación de no contraer matrimonio dentro de la gens, las obligaciones reciprocas de ayuda, defensa y desagravio de ofensa, los derechos naturales de herencia de tipo lineal y masculino, el derecho de adopción de extraños en la gens, la celebración de ceremonias religiosa comunes o la existencia de un cementerio común, entre otros factores que pueden ser observados en el estudio de las sociedades vettonas. En este punto cabe destacar la capacidad de un grupo familiar o gens de adoptar a extraños que adquirirían los derechos del grupo gentilicio que le acoge, esto es el Hospitium. Estos pactos de hospitalidad también eran aplicables a las aldeas, tratándose entonces de grupos aislados de individuos que eran aceptados por una comunidad, estos pactos solían ser ratificados por escrito mediante pequeñas planchas de bronce llamadas teseras en lengua celtibera, o latina ya en épocas tardías. Con la conquista romana y el proceso de romanización este concepto de hospitium se fue asimilando a la clientela romana, acentuándose los lazos de dependencia personal entre el cliente y el amo que llego a vincularse con conceptos religiosos de fidelidad dando lugar al debotio.
Siguiendo con el estudio de las necrópolis de los Vetones y complementándolo en esta ocasión con los análisis del poblamiento basado en la consideración de las estructuras de habitación las conclusiones obtenidas en materia de paleodemografia han arrojado una esperanza de vida media de unos 30 años y unas poblaciones de entre 160 y 250 habitantes por poblado, aunque concentraciones de población especialmente extensas como Ulaca han podido albergar a unos 1000 habitantes.
En cuanto a las instituciones políticas que regirían la vida diaria en el poblado cabe destacar la posible dualidad de poder entre una magistratura ordinaria de carácter civil y religioso y otra magistratura temporal y extraordinaria de tipo militar. Esta última se basaría en la elección por parte de la asamblea o el consejo de caudillos militares por criterios de valor, elocuencia o pericia personal que las fuentes clásicas han denominado como Hegoumenos. En el caso de la primera magistratura se conjetura con la elección de un rey o autoridad civil elegido por las familias aristocráticas que ostentaría el poder civil y posiblemente religioso de por vida.
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Autor: Luis Quiñones García para revistadehistoria.es
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