La Segunda Guerra Mundial es conocida por los avances técnicos y científicos que cambiaron el rumbo de la historia militar y tecnológica del siglo XX. En este contexto, los hermanos Horten, Reimar y Walter, se destacaron como dos de los más brillantes y revolucionarios ingenieros aeronáuticos de la Alemania nazi.
Sus diseños no solo desafiaron la forma convencional de construir aviones, sino que marcaron un hito en el desarrollo de aeronaves a lo largo de las décadas posteriores. El concepto de ala volante, en el que basaron la mayor parte de sus creaciones, fue un avance que se anticipó a su época y que sentó las bases para el desarrollo de aviones futuristas.
Los hermanos Reimar y Walter Horten nacieron en el seno de una familia alemana de clase media, en una Alemania devastada por las consecuencias de la Primera Guerra Mundial. Durante su juventud, el país estaba sujeto a las estrictas limitaciones impuestas por el Tratado de Versalles, que prohibía a Alemania la construcción de aviones militares. Esta restricción, sin embargo, no frenó el interés de los hermanos por la aviación. De hecho, estos obstáculos fomentaron su creatividad, pues se volcaron hacia el vuelo sin motor, una actividad que no estaba prohibida por el tratado.