La gran mayoría de los Freikorps acabarían con el tiempo en las filas de las SA del partido nacional-socialista de los trabajadores de Alemania, el partido nazi de Adolf Hitler. Sin embargo durante la democracia de Weimar llevaron a cabo acciones de defensa de las zonas fronterizas y de choque contra fuerzas secesionistas en la propia Alemania. Por tanto contaban en cierta medida con el visto bueno de los gobiernos socialdemócratas primero y conservadores después del país.
Los Freikorps y la situación en Alemania al final de la Primera Guerra Mundial
Con el objetivo de parar todos estos movimientos revolucionarios y disgregadores de la patria aparecen los Freikorps. Sin embargo a finales de la Gran Guerra conservaban los uniformes de la última guerra, armas y medios de transporte y eran apoyados por altos mandos militares de cierto prestigio. Serían conocidos más adelante como el “ejército negro”.
Las unidades eran difíciles de controlar porque solían ser indisciplinadas aunque en otros momentos, cuando eran promovidas por el propio gobierno en momentos puntuales de dificultades de orden público seguían una disciplina aunque eran disueltas al finalizar el problema. En enero de 1919 bajo el gobierno del socialdemócrata Ebert formaban más de 100 unidades. Su bautismo de fuego podríamos situarlo a principios de 1919 cuando sofocan junto a las fuerzas regulares la revolución espartaquista en la conocida como “semana sangrienta” en Berlín, después de intensos combates callejeros contra los milicianos comunistas alemanes.
Ebert, del partido socialdemócrata, estaba interesado en usarlos para sofocar todo reducto revolucionario comunista y mantener el orden en pueblos y ciudades. Algunas unidades de Freikorps llegaron a actuar fuera de las fronteras germanas en el Báltico para proteger a los alemanes que allí vivían de bolcheviques rusos y nacionalistas bálticos. En 1921 fracasaron en el Báltico y los supervivientes fueron repatriados a Alemania.
También fracasaron en su lucha contra los polacos en la zona de Prusia Oriental y Alta Silesia que acabaron formando, tal y como se había pactado en los Tratados de París, parte del nuevo estado polaco. Ante este cúmulo de adversidades las autoridades fueron desligándose de ellos y comenzaron a actuar con mayor libertad.
El golpe de estado de Kapp
El 13 de marzo de 1920 se produce un golpe de estado contra el gobierno de la República apoyado por el las tropas de Von Lüttwitz, comandante del Reichswehr en Berlín. Durante la noche, Lüttwitz ordenó a la Brigada Erhardt ir a la capital a derrocar al gobierno. El presidente y el gobierno huyeron. Los golpistas nombran a Wolfgang Kapp, un representante reaccionario de los terratenientes de Prusia como canciller. Los sindicatos se movilizan y consiguen su exilio y derrota en 4 días. El país se paralizó, los obreros se armaron y lucharon en lo que parecía irrevocablemente destinado a una guerra civil. Sin embargo la derrota del golpismo no acabó con el problema de fondo: la extrema derecha estaba representada en el parlamento federal y los estatales. La conspiración no se limitó a los partidos conservadores que se oponían a la República. Parece demostrada la complicidad de otros partidos burgueses más moderados, y del propio Partido Socialdemócrata (SPD). Estos partidos trabajaron estrechamente con el Reichswehr y las milicias fascistas de los Freikorps para reprimir las luchas de los trabajadores.
Las amenazas al sistema republicano llegaban desde los extremos, pero la fuente de mayor inestabilidad era la creciente radicalización de la derecha extrema. Era un espectro político diversificado, rejuvenecido con nuevas ideas, como la «revolución conservadora» del círculo Der Ring, el irracionalismo filosófico y la peculiar teoría cíclica de la historia de Oswald Spengler, las ensoñaciones racistas y el viejo antisemitismo renovado, que se unían a la reafirmación del carácter etnocéntrico del nacionalismo alemán y su veneración por principios como el Volkstum.
Autor: Luis Pueyo para revistadehistoria.es
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Bibliografía:
Ruiza, M., Fernández, T. y Tamaro, E. (2004). Biografia de Wolfgang Kapp. En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea. Barcelona (España).
https://bellumartishistoriamilitar.blogspot.com/2018/12/los-freikorps-el-ejercito-negro-audio.html
Weitz, Eric D.(2019) La Alemania de Weimar. Presagio y tragedia. Ed Turner, Madrid.
30/06/2021 @ 06:47
Asimilar el nazi como extrema derecha es utilizar una visión errónea. Los principales especialistas lo consideran una tercera vía, ya que él discurso nacional socialista criticaba tanto el marxismo como el capitalismo salvaje, representado en los judios. Es un error común mirar el pasado con unas gafas del presente, pero qué un historiador no puede permitirse. Saludos
30/06/2021 @ 13:05
Dentro de las limitaciones de espacio de este tipo de artículo, me parece una magnífica descripción del estado político-social de la Alemania que resultó del Tratado de Versalles.