Las sustancias psicotrópicas en la Prehistoria: El cornezuelo del centeno (Claviceps purpurea)
En cuanto a la prehistoria, su consumo más antiguo está fechado en la Edad del Bronce, en contextos ligados a las creencias religiosas en el caso del ámbito europeo. Respecto al uso de las sustancias psicotrópicas en la Prehistoria de la Península Ibérica se han hallado algunas evidencias relacionadas con este uso ritual de la droga.
Una de ellas está localizada en el yacimiento de Mas Castellar (Pontos, Gerona), un santuario dedicado a Deméter y fechado en los siglos IV-II a.C. Allí, los arqueólogos descubrieron un cálculo dental que contenía cornezuelo en una mandíbula humana. Esto ha llevado a señalar que la ingesta de este estupefaciente estaría relacionada con la religiosidad de la comunidad que habitó el santuario, o bien que sería una sustancia empleada con fines lúdicos.
Las sustancias psicotrópicas en la Prehistoria: El cáñamo (Canabis sativa L)
El cáñamo era empleado en la Antigüedad tanto por sus fibras vegetales como por su uso como psicotrópico. Su uso se documenta ya desde el Neolítico en lugares de Europa como Alemania o Francia.
Una de las fuentes más antiguas que nos habla de su uso como estupefaciente es Heródoto (s. V a.C.), quien en el recuento de uno de sus muchos viajes describe su consumo por parte de los pueblos escitas. Este testimonio se verifica en las excavaciones de tumbas escitas encontradas en Siberia, donde aparecen asociadas numerosas semillas de marihuana.
En la Península Ibérica, su conocimiento como textil se puede documentar en torno al Calcolítico, concretamente en el yacimiento del Abrigo de los Carboneros en Murcia.
Usos de las sustancias psicotrópicas
La falta de documentación escrita para el estudio de la prehistoria limita la precisión con la que los historiadores y arqueólogos podemos interpretar restos arqueológicos como los de sustancias estupefacientes. Se ha especulado mucho sobre el tema, surgiendo mucha literatura al respecto, pero aunque de momento no podamos recrear su uso original, sí podemos aventurar varias hipótesis.
Los pueblos de la prehistoria tenían un amplio conocimiento del medio por el que se movían, lo que incluía las plantas de tipo psicotrópico. Pronto se debieron dar cuenta de los efectos que provocaban algunas de ellas, tanto positivos -tratamiento del dolor-, como negativos -envenenamiento-, y se decidieron a usarlas. ¿Con qué fin? No podemos decirlo con seguridad. Su aparición en santuarios sugiere un uso religioso, el hallazgo en restos humanos uno recreativo, curativo o venenoso, y no podemos olvidar la posibilidad de que estas plantas fueran empleadas en quehaceres cotidianos -fabricación de vestidos, trenzado de cestas…-, así como en rituales culturales que posiblemente nunca lleguemos a conocer.
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