Ruina Montium, el origen del paisaje de las Médulas
Gracias a que el entorno proveía de todo lo necesario, los romanos canalizaron el agua de los riachuelos, embalsándola en la parte superior de la explotación.
Luego, horadaban la montaña con galerías de gran pendiente, y soltaban el agua a través de ellas. La fuerza del agua deshacía la montaña y arrastraba las tierras auríferas hasta los lavaderos.
Uno de los ingeniosos métodos romanos de captación de agua, partía desde la falda noreste del monte Teleno, nada menos que desde una altitud de 2000 metros. Allí los romanos acumulaban la nieve que más tarde, ya convertida en agua, llegaba al río Cabo, que a su vez alimentaba los siete canales que, bordeando la montaña, llegaban a los estanques de la explotación.
Estos canales, cuya longitud se estima en unos 300 kilómetros, tienen una pendiente de entre el 0.6 y el 1 %. El ancho es de 1.28 metros, excepto en las curvas, de 1.60, y su profundidad es de 90 centímetros. La construcción de estos canales, que en algunos tramos discurren bajo la roca en forma de túnel, fue, con diferencia, la obra más difícil y costosa de la explotación, y se puede decir que el sistema hidráulico de las Médulas, es el más espectacular de los conocidos, por la cantidad de agua utilizada y la longitud y el gran número de ramificaciones de sus canales.
¿Eres Historiador y quieres colaborar con revistadehistoria.es? Haz Click Aquí
Suscríbete a Revista de Historia y disfruta de tus beneficios Premium