La tragedia del Erebus y el Terror, los barcos perdidos en el Ártico

En 1845 dos barcos de la Armada Real partieron de Inglaterra con la misión de explorar el Ártico y hallar el último tramo del Paso del Noroeste.

Tras quedar inmovilizados por el hielo, sus tripulantes se vieron obligados a realizar una marcha a pie de más de mil kilómetros en un intento desesperado por regresar a casa.

LA BÚSQUEDA DEL PASO DEL NOROESTE

Desde finales del siglo XV, Inglaterra financió numerosas expediciones con el fin de descubrir una ruta marítima que permitiera acortar los viajes entre Europa y Asia. Su búsqueda se fue desplazando hacia el Ártico, donde se esperaba encontrar un enlace entre los océanos Atlántico y Pacífico, el llamado Paso del Noroeste.

Esta búsqueda se reavivó a comienzos del siglo XIX, dando lugar a una serie de viajes de exploración que condujeron a importantes descubrimientos pero también a terribles fracasos. Entre ellos se encuentra el liderado por Sir John Franklin que supuso uno de los episodios más trágicos de la historia de la expedición ártica.

INICIO DEL VIAJE

En 1845, el Almirantazgo británico decidió organizar una ambiciosa expedición que pusiera fin a la búsqueda del ansiado paso. En ella participaron el H.M.S. Erebus y el H.M.S. Terror, dos bombardas construidas con la tecnología más avanzada de la época.

El mando del Erebus fue asignado al joven oficial James Fitzjames y el del Terror al veterano capitán Francis Crozier. El puesto de mando de la expedición fue bastante discutido pero finalmente se concedió al contraalmirante Sir John Franklin.

Los barcos partieron el 19 de mayo del puerto de Greenhithe, Inglaterra, acompañados del H.M.S. Rattler y un buque de transporte. Tras realizar una breve parada en el norte de Escocia se dirigieron a la bahía Disko, en la costa oeste de Groenlandia. Desde este lugar, el Erebus y el Terror continuaron en solitario su viaje hacia el Ártico.

Fueron vistos por última vez a finales de verano en la bahía de Baffin, donde se habían detenido a la espera de condiciones meteorológicas favorables. Tras adentrarse en el estrecho de Lancaster, ambos desaparecieron junto a sus 129 tripulantes.

EL DESTINO DE LA EXPEDICIÓN

Los hechos posteriores fueron reconstruidos gracias a los hallazgos realizados por diversas expediciones de exploradores y científicos.Tras pasar el primer invierno en la isla de Beechey, la expedición circunnavegó la isla Cornwallis para después descender por el Estrecho de Franklin, situado entre las islas Príncipe de Gales y Somerset y la península de Boothia. Continuaron avanzando por la costa noroeste de la isla de Rey Guillermo hasta que, el 12 de septiembre de 1846, quedaron atrapados por el hielo. Esto les llevó a pasar dos durísimos inviernos en el estrecho Victoria, que se cobraron la vida de 9 oficiales y 15 tripulantes, además de la del propio Franklin.

El 22 de abril de 1848, ante la imposibilidad de liberar los barcos, se dio la orden de abandonarlos. Crozier asumió el mando de la expedición y guió a los 105 supervivientes en una larga marcha hacia el sur para tratar de alcanzar el río Back, lo que les podría conducir a la Compañía de la Bahía Hudson. Pero esto suponía cubrir una distancia de más de mil kilómetros a través del hielo y la nieve, un viaje para el que no estaban preparados.

Desprovistos de la protección que les ofrecían los barcos, los miembros de la expedición tuvieron que hacer frente a las dificultades de un paraje terriblemente hostil. A las escasas horas de luz y bajísimas temperaturas se unían densas nevadas y fuertes vientos que hacían muy difícil su avance. Su paso también se veía lastrado por el peso de los botes salvavidas que arrastraban en trineos sobre la nieve. A ellos no solo habían subido sus últimas provisiones, sino también a aquellos compañeros que ya no podían desplazarse por sus propios medios  y a los que se habían negado a dejar atrás.

La orientación no resultaba sencilla en un terreno tan llano y las presas de caza eran muy escasas. Por las marcas descubiertas en algunos de los cuerpos se sabe que, en un intento por sobrevivir, algunos hombres recurrieron al canibalismo.

A todos estos factores se sumaba el hecho de que los miembros de la expedición se encontraban afectados por varias enfermedades como la neumonía, la tuberculosis, el botulismo y el escorbuto. Sin embargo, se cree que el factor que más influyó en su salud fue la contaminación por plomo.

Todo ello hizo que, uno a uno, los miembros de la expedición fueran muriendo victimas del frío, el agotamiento, el hambre y las enfermedades. Los inuit de la zona, testigos de su trágico final, declararían más tarde como los hombres de Franklin se iban desplomando sobre la nieve mientras avanzaban.

OPERACIONES DE RESCATE

Tras tres años sin recibir noticias de la expedición, el Almirantazgo británico organizó una serie de operaciones de rescate. Estas se desarrollaron entre 1848 y 1854 y fueron apoyadas por expediciones privadas, así como por otras enviadas desde diversos países.

Numerosos equipos se movilizaron tanto por tierra como por mar tratando de seguir el rastro de los barcos desaparecidos. A su paso encontraron diversos cuerpos y objetos abandonados pero ningún superviviente.

Tras sus hallazgos, el Almirantazgo declaró oficialmente muertos a todos los miembros de la expedición el 31 de marzo de 1854. Pero esto no contentó a Lady Jane, esposa de Sir Franklin, que decidió organizar una nueva búsqueda. Esta partió  en 1857 en la goleta Fox y a ella se deben algunos de los hallazgos más importantes.

A pesar de su fracaso, Franklin y sus hombres fueron retratados como héroes. Las penalidades sufridas en su desventurado viaje sirvieron de inspiración para numerosos artistas que les dedicaron pinturas, canciones y poemas.

La ubicación del Erebus y el Terror ha permanecido desconocida hasta nuestros días. Ambos barcos fueron finalmente hallados en 2014 y 2016 bajo las frías aguas del océano Ártico.

Autora: Carolina Álvarez Díaz para revistadehistoria.es

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Bibliografía:

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-Gillies Ross, W., (1 de enero de 2002). The Type and Number of Expeditions in the Franklin Search 1847–1859. Recuperado de http://journalhosting.ucalgary.ca

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1 Comment

  1. Peperillo
    22/12/2021 @ 11:41

    Veo errores grandes, aunque pienso ese articulo habra sido escrito por algún inglés y ya se sabe como se inventan la historia.
    Dice que desde el siglo XV Inglaterra buscaba el paso del Atalantico al Pacifico, pues bien el PAcifico ellos ni sabian que existia, como iban a buscar lo desconocido

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