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Tiempo de lectura: 5 minutosHay que reconocer que disfrutamos “haciendo" la peineta. Pocos gestos nos permiten expresar tanto con tan poco esfuerzo (sin contar, además, con ese leve retrogusto de superioridad y frenesí que nos otorga cuando lo usamos). No es de extrañar, por lo tanto, que se haya convertido en uno de los gestos más comunes, internacionalmente, en lo que a comunicación no verbal se refiere. Y es que es complicado sustraerse al encanto de “enseñar el dedo”. Mandatarios de todo el mundo, cantantes, raperos y un sinfín de celebridades han copado . . .
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