Un esfuerzo que, pese a toda la brutalidad y empeño invertidos, se vio eclipsado por la realidad de la resistencia aliada y la impetuosa ofensiva del frente occidental.
En el noroeste de Francia, en una tranquila región de la provincia de Pas-de-Calais, se encuentra una estructura colosal que, pese a su solidez de hormigón armado, representa la frustración de uno de los sueños más ambiciosos del Tercer Reich.
La llamada Cúpula de Helfaut o La Coupole, como se la conoce popularmente, fue concebida para ser una base desde la cual la Alemania nazi lanzara su temida “venganza” sobre Reino Unido. Bajo un manto de misterio y con un despliegue de recursos tecnológicos sin parangón para su época, la Cúpula de Helfaut ilustra cómo los sueños de conquista total de Adolf Hitler y su Estado Mayor, se fueron transformando en un desesperado esfuerzo por cambiar el curso de la guerra.
Un esfuerzo que, pese a toda la brutalidad y empeño invertidos, se vio eclipsado por la realidad de la resistencia aliada y la impetuosa ofensiva del frente occidental.
La historia de la Cúpula de Helfaut se inscribe dentro de los últimos intentos de la maquinaria militar nazi por evitar la derrota total. En 1943, con las tropas alemanas en franco retroceso, tanto en el Frente Oriental como en el Norte de África, Hitler necesitaba desesperadamente dar un golpe contundente que restaurara la moral interna y quebrara la resistencia aliada. La campaña de bombardeos de la RAF sobre Alemania había diezmado las ciudades alemanas y mermado la capacidad industrial del Reich, y la respuesta alemana hasta entonces se había limitado a la defensa pasiva. Fue entonces cuando entraron en escena las llamadas armas de “represalia” o “venganza” (Vergeltungswaffen), que pretendían darle un giro a la guerra.