Los terramaras se asentaban en el Valle del Po y su delta, en el norte de la Península Itálica. Es en este territorio donde encontramos la Cultura de Lagozza, perteneciente a los momentos finales del Neolítico, dejando paso a la cultura de Remedillo (Eiroa, 2000:407-408). De ese momento histórico se conocen numerosas necrópolis en las que los individuos son enterrados mediante el ritual de inhumación (Eiroa, 2000: 407-408).
Terramaras
Cronología
Por otro lado, respecto a la causas de la desaparición de dicha cultura, Säflund y otros autores piensan que se produjo un cambio climático o una catástrofe natural, pero no se ha encontrado evidencia arqueológica alguna, de modo que se puede afirmar que la causa de su desaparición tendría que ver con razones culturales o por una invasión de pueblos foráneos (Harding y Coles, 1979: 167-170).
Espacio y territorio Terramara
La cultura de los Terramara se desarrolla en el norte de la Península Itálica, en el Valle del Po y su delta, por lo que los asentamientos se sitúan en zonas pantanosas y lacustres, en lo que conocemos como palafitos. El escenario en el que se desarrolla la cultura comprende dos áreas: Etruria y la llanura padana central y oriental, con la región subalpínica (Bietti Sestieri, 1997: 757-767).
Asentamientos Terramara
Los terramara construyen sus asentamientos a las orillas de los ríos o junto a pequeños lagos (Eiroa, 2000: 485-486). Así, al desarrollarse los hábitats en zonas lacustres, para poder construir las casas, se crean terrazas artificiales. Estas concentraciones de palafitos se disponen creando aldeas de hasta tres hectáreas. En ocasiones, los asentamientos están amurallados con una tapia de barro y un foso, realizados para protegerse de los desbordamientos del Po (González, Lull y Risch, 1992).
Prácticas funerarias Terramara
En torno a 1900 a. C., comienza a haber un hábitat palafítico, con poblados con un área específica destinada a los enterramientos de cremación, formados por grandes elevaciones, cuyo origen lo tenemos que buscar en los Campos de Urnas, pues lo que nos encontramos al excavar sus necrópolis son urnas cinerarias de terracota en las que se depositan las cenizas (Bernardini, 1983: 176-180).
Área de actividad
Conocemos los intercambios comerciales que se producen entre los yacimientos terramarícolas y el grupo subapenínico, centrados en productos de bronce. Autores como Puglisi (1959) afirman que es muy probable la existencia de asentamientos dedicados exclusivamente a su producción.
Sin embargo, lo que quizá pueda llamarnos más la atención es que tuvieran un utillaje agrícola tan básico (González, Lull y Risch, 1992), basado en hoces, azadas de hueso y molinos, que sirven para el cultivo de cereales y leguminosas. Es en estos productos en los que se basa la alimentación de los grupos terramarícolas, que se complementa por medio de la recolección de frutos silvestres y la caza.
Artefactos Terramara
Si por algo destaca la cultura de los Terramaras es por la elaboración de objetos metálicos como adornos de bronce. Entre estos objetos metálicos destacan la fíbulas de violín (Harding y coles, 1979), así como los puñales, los peines de bronce, las dagas, las espadas o las hachas (Bernardini, 1983).
Por otro lado, tenemos la cerámica decorada con decoraciones concéntricas. Es una cerámica de superficie pulida o lisa, realizada con pasta muy fina, carena y asas (Bernardini, 1983).
Por último, debemos destacar la industria realizada sobre hueso y cuerno de animales, destacando que el 70% de los materiales están realizados sobre cuerno de ciervo, aunque también es reseñable el uso del hueso humano como materia prima (Provenzano, 1999).
Respecto a las técnicas utilizadas para la fabricación de estos productos, podemos destacar que en este momento se utilizan unas técnicas novedosas, pero siempre teniendo como base los conocimientos adquiridos en el período anterior (Provenzano, 1999).
Val Camonica
Dicho arte fue estudiado por Annati, realizando una secuencia cronológica a partir de armas y objetos que se representan en grabados, con escenas de lucha que podrían tener un carácter ritual.
Conclusiones
- El desarrollo de esta cultura puede ser tratado desde el punto de vista de los artefactos que realiza, con una evolución hacia tipos más complejos (Provenzano, 1999).
- La Cultura Terramarícola se desarrolla en un hábitat palafítico amurallado (González; Lull; Risch, 1992).
- Se desarrolla durante un amplio período de tiempo, desde el Bronce Antiguo hasta la Edad del Hierro (Bernardini, 1983).
- Las prácticas funerarias también nos indican una evolución en las mentalidades, mostrando las posibles relaciones con otras zonas y gentes (Bernardini, 1983).
Autor: Sara Gosálbez para revistadehistoria.es
¿Eres Historiador y quieres colaborar con revistadehistoria.es? Haz Click Aquí
Bibliografía