Las investigaciones enfocadas a la historia de las mujeres son menos habituales de lo que se cree, el interés por este campo no se ve acrecentado hasta la segunda mitad del siglo XX. Los estudios relacionados con la época prehispánica no han corrido con mejor suerte, es por eso la necesidad de indagar el papel que desempeñó la mujer dentro de la sociedad en tiempos pretéritos. Las múltiples representaciones icónicas formaron parte de una intensa propaganda política. Este mensaje cambiaba según las necesidades de cada grupo político. Además, por medio de estas manifestaciones se puede comprender la estructura social, y, por lo menos, en una minoría de la población su pensamiento político y religioso (Benavides, 2007).
Dentro de la cantidad de los monumentos que nos legaron los diversos grupos mayas demuestran, en la mayoría de los casos, la figura del gobernante realizando rituales de entronización, ritos previos a batallas, ostentando la captura de prisioneros y autosacrificios de sangre. Considero relevante remarcar que en la mayoría de las representaciones se muestra sólo el quehacer de la élite masculina y, en contadas ocasiones, se puede apreciar a mujeres realizando estas labores (Buendía y Montellano, 2018). La forma de representar a las mujeres en la plástica maya era diversa. Se les observa efectuando ritos tanto de sangre como de finales de periodo (b’aktunes, k’atunes, tunes). Además, estaban ataviadas con una indumentaria ceremonial y suntuosos tocados. Vestimenta relacionada las élites gobernantes (Joserrand, 2011).
La condición de las mujeres mayas prehispánicas
[…] grandes trabajadoras y vividoras porque de ellas cuelgan los mayores y más trabajos de la sustentación de sus casas y educación de sus hijos y paga de sus tributos, y con todo esto, si es menester, llevan algunas veces carga mayor labrando y sembrando sus mantenimientos. Son la maravilla granjeras, velando de noche el rato que de servir sus casas les queda, yendo a los mercados a comprar y vender sus cosillas.
La investigación de Ana García y Verónica Vázquez (2008) clasifican, a las representaciones de las mujeres, en diversos rubros. Todos de acuerdo a su vestimenta:
- Mujeres con huipil. Esta prenda es una túnica suelta sin mangas. Está compuesta de dos o más lienzos añadidos, la cuales solía cubrir hasta el tobillo. Se han encontrado, dentro de la pintura mural, diferentes colores. Los más usados eran el rojo y azul, sin embargo, también los había traslucidos o transparentes, estos último, permitían percibir el cuerpo. Un ejemplo se puede apreciar en la Acrópolis Chiik Nahb’, en la esquina sureste de la Estructura 1. Véase figura 1, mujer de la izquierda.
- Mujer con enredo o corte. A diferencia del huipil, esta prenda deja libre la parte de los hombros. Este tipo de atavío, según las investigadoras, es distintivo de la servidumbre. Se relaciona primordialmente con las cargadoras de vasijas. Probablemente esta prenda haya sido, de acuerdo con su funcionalidad, la más común en Mesoamérica. Las que portaban este atavío suelen relacionarse con un estrato social bajo. Véase figura 2, mujer de la derecha.
- Mujer con huipil con sombrero. Esta forma de representar la vestimenta es más habitual en las vasijas estilo códice. Lo más probable es que esté asociado con el estatus social de quien lo porta. Las representaciones de mujeres con huipil se han encontrado en rituales de asperjado. Dicha indumentaria era especial para la elaboración de rituales de autosacrificio en donde los protagonistas del rito se muestran asperjando con la mano algún tipo de substancia, la cual se presupone sea sangre o incienso granulado. Esta ceremonia está ligada con los finales de k’atun. También se propone una posible asociación con los ancestros.
- Mujer con traje de red. Este tipo de vestimenta se asociada con el dios del maíz. Tiene una larga tradición en la cosmovisión mesoamericana. Las representaciones muestran dos tipos: la una sola pieza deja el pecho descubierto; y la de dos piezas. Ésta última está conformada por un pectoral que está hecho de cuentas, el cual cubre desde los hombros hasta el pecho y por una falda hecha de cuentas tubulares. Véase figura 3.
A manera de reflexión.
Las mujeres que pertenecían a la élite, como las hijas del gobernante en turno, solían ser utilizadas para afianzar alianzas. Evidencia de ello se observa en varios monumentos dedicados a pormenorizar la alianza matrimonial. Estos enlaces aseguraban el apoyo militar y la unión de dos Estados. El rol tanto de madre como el de esposa era sustancial en la sociedad maya, y los textos e imágenes lo demuestran. Por ejemplo, uno de los agregados más frecuentes al nombre que se reconocen es el de yatan (esposa). De igual manera, integraban a su nombre la palabra ix’ para feminizar los títulos reales, como Ix Sahal, Ix kalo’mte’, Ix bacab, Ix ajaw, etcétera. La existencia de mujeres con injerencia en el ámbito político debió de ser más común de lo que pensamos. Inclusive, las esposas de los ajaw (gobernantes) al morir este, podían convertirse en regentes de un hijo menor, si fuera el caso, hasta que era capaz de hacerse cargo del trono (Martín y Grube, 2002).
Por medio de los contextos iconográficos y el análisis de los textos a través de la epigrafía se puede realizar la una clasificación de dos grupos. El primero corresponde a uno muy breve: Mujeres que muy posiblemente ostentaron el cargo de gobernante. A este conjunto pertenecen las mujeres quienes ocupaban el rango más alto en el ámbito político. Coloquialmente se les ha llamado reinas. Dentro de este apartado nos encontramos a personajes como la señora Yohl Ik’ Nal, la señora Sak K’uk’ ambas de Palenque, la señora Huntan Ahk de Piedras Negras, la señora Wak Chanil Ajaw de Dos Pilas, entre otras.
Dentro del segundo grupo pertenecen las mujeres con un poder simbólico o relacionadas directamente con el poder hegemónico. Este apartado es el más amplio de ambos, pues los textos mencionan una gran cantidad de mujeres, las cuales abarcan la labor de madre, ancestro del gobernante, esposa de algún dirigente, hija del gobernante y esposa o consorte con un cargo político relevante. Ejemplo puntual es la estela 2 de Bonampak en donde aparece Yajaw Chan Muwaan con dos mujeres. A su derecha su madre y a la izquierda, muy probablemente, su esposa. La escena retratada en la estela es un instante después de que él realizara un autosacrificio de pene. Su madre carga una espina de raya y ambas sostienen papel amate, seguramente ya con la sangre proveniente del ritual.
Es innegable el papel fundamental que tuvo la mujer en la política de los Estados mayas. Esposas, hijas y madres fueron importantes no sólo por su función social como progenitoras y consortes, sino que también ayudaron a crear alianzas con ciudades lejanas o antiguos enemigos. Desafortunadamente, solo existen muestras de las mujeres que estaban dentro del ámbito político, ya sea como líderes o de alguien muy cercano a uno. Josserand (2011) hace hincapié que el rol principal de las mujeres, pertenecientes a la élite, fue unir a los grupos de parentesco en el entorno político. En algunos casos ellas continuaron el linaje real, pues como menciona Asier Rodríguez (2015, 295) “sólo en peligro de extinción del linaje dirigente, por ausencia o desaparición de herederos masculinos, el poder podía pasar a una hija o nieta del gobernante”.
En calidad de dirigentes, las mujeres usaron toda una serie de parafernalia para personificar dioses o aludir a su capacidad de convocar deidades o ancestros. De tal forma, su legitimación fue basada en un conjunto de símbolos que ayudaron a dominar a otros estratos sociales. Ellas mismas pudieron se convirtieron en poderosos emblemas y encarnaron las ideas y valores políticos de la comunidad, lo cual explica la necesidad de representarse como guerreras, deidades y especialistas rituales.
Autor: Alan Job Montellano Jiménez para revistadehistoria.es
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Bibliografía
Benavides, A. (2007). Las mujeres mayas prehispánicas. En María J. Rodríguez-Shadow (coord.), Las mujeres en Mesoamérica prehispánica. Universidad Autónoma del Estado de México.
Buendía E. y Montellano, A. (2018). Mujeres y poder. Los casos de la señora K’ab’al Xook de Yaxchilán, la señora Wak Chanil de Naranjo y la señora Sak K’uk’ de Palenque. Horizontes Históricos, 17(8), 4-21. https://revistas.uaa.mx/index.php/horizontehistorico/article/view/1832/1699
García, A. y Vázquez, V. (Paris, 5-6 diciembre 2008). Moda y protocolo femenino en el reino de Kanu’l. (Siglo VII d.C.). Maya Daily Lives, Proceedings of the 13th European Maya Conference. Philippe Nondédéo y Alain Breton (eds.). Markt Schwaben: Verlag Anton Saurwein (Acta Mesoamericana, 23), 95-116.
Josserand, K. (2011). Las mujeres en los textos mayas del Clásico. En María J. Rodríguez Shadow y Miriam López Hernández. (Eds). Mujeres mayas en la antigüedad. Centro de Estudios de Antropología de la Mujer.
Landa, D. (1984). Relación de las cosas de Yucatán. Conaculta.
Martin, S. y Grube, N. (2008) Chronicle of the Maya Kings and Queens. Thames & Hudson Ltd.
Moya, P. (2007). Atributos y connotaciones de las figuras femeninas Mayas desde algunas imágenes clásicas y posclásicas. En María J. Rodriguez-Shadow (coord.), Las mujeres en Mesoamérica prehispánica. Universidad Autónoma del Estado de México.
Rodríguez, A. El señor sagrado: Los gobernantes. En Alejandra Martínez de Velasco y María Elena Vega, (eds.). Los mayas, voces de piedra. Turner/Ámbar Diseño, S.C./ UNAM.
Taube, K. (1983). The Classic Maya Maize God: A Reappraisal. En Merle Green Robertson, (ed.), Fifth Palenque Round Table. The Pre-Columbian Art Research Institute.
12/02/2022 @ 12:31
Excelente artículo profe Alan. Recuerdo lo que nos enseñó en clase … me gustaría que escribiera sobre calendario, una vez no dio una clase sobre calendario y me.gusto mucho.
Gracias!!!
12/02/2022 @ 19:08
¡Excelente artículo!
01/03/2022 @ 12:22
Compartido! Gracias profesor.