La comida de las Legiones de Roma

La comida de las Legiones de Roma se organizaba entorno a dos únicas tomas, el desayuno o prandium por la mañana y la cena, que era la comida principal, al acabar la jornada. La dieta básica era de cereales, con preeminencia del trigo, pero también incluía carne de cerdo y de ternera, así como vegetales y legumbres como lentejas y habas.

La comida de las Legiones de Roma

Los soldados romanos comían con los dedos (igual que el resto de la población) ya que no se conocía el tenedor, y usaban sus dagas para cortar.

Durante la República, la comida de las Legiones de Roma se adquiría a comerciantes, y el coste se reducía de la paga, pero en la época Imperial, la ración de trigo legionaria pasó a ser gratuita, al igual que la del resto de la población romana, que se beneficiaba del grano gratuito que repartía el gobierno.

Al no existir comedores comunes para los soldados, las raciones individuales que se entregaban para comer eran cocinadas en el ámbito del contubernium, en hornos y cocinas fijos o portátiles.

El hecho de cocinar y comer juntos propiciaba la camaradería entre legionario y fortalecía el contubernium, que era la unidad mínima del ejército romano y estaba formada por ocho soldados de infantería que compartían tienda, impedimenta y una mula que usaban para trasportarlo todo las largas marchas, compartiendo habitación en los campamentos.

Cada unidad disponía de una muela para moler el trigo y hacer la harina, que horneaban en forma de un pan circular y que dividían en ocho rodajas, una para cada miembro del contubernium.

La comida de las Legiones de Roma
La comida de las Legiones de Roma

Los legionarios bebían vino diluido con agua en sus comidas y también disponían de cerveza y vino agrio mientras que solían tomar una única copa de agua para el desayuno.

Cuando estaban en campaña la comida de las Legiones de Roma se basaba en sopas, gachas y brebajes nutritivos, con altos componentes energéticos. Las gachas se solían hacer con mijo hervido con vino blanco, cebada hervida también con vino blanco o cebada hervida con granada ajo y miel, que era el único edulcorante conocido por los romanos.

Éste último tipo de gachas se usaba también como medicina para sus estómagos, sobre todo cuando cruzaban zonas insalubres.

Cuando las legiones permanecían en campamentos permanentes, su alimentación se enriquecía con la caza y la pesca, así como alimentos típicos de la zona, por ejemplo en Hispania las Legiones de Roma enriquecieron sus brebajes energéticos con productos hortícolas locales y crearon el prototipo de lo que mas tarde sería conocido popularmente como el “Gazpacho”.

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