La ciencia en la España imperial: Ayanz, el Da Vinci español
Una de las figuras más innovadoras y originales de la época fue la de Jerónimo de Ayanz (1553-1613). Ideó un artefacto para filtrar el aire contaminado de las minas, demostrando de manera práctica el principio de la presión atmosférica.
La ciencia en la España imperial: Los ingenios de Turriano
El mayor impulso de su carrera lo tuvo cuando Carlos V le encargó la realización de “Cristalino”, un reloj capaz de indicar donde se hallaban los astros con objeto de interpretaciones astronómicas. Ya en el reinado de Felipe II fue nombrado matemático mayor.
En 1565 alumbró su obra más famosa, una máquina hidráulica capaz de subir el agua desde el Río Tajo hasta la ciudad de Toledo situada 100 metros por encima del cauce.
La ciencia en la España imperial: Blasco de Garay: una figura muy debatida
Blasco de Garay (1500-1552) fue un marino e inventor cuyo ingenio más conocido es algo que, posiblemente, nunca inventó: un barco de vapor.
La ciencia en la España imperial: Jerónimo Muñoz: desmontando el cosmos
Jerónimo Muñoz (1520-1591) fue matemático, astrónomo y hebraísta. Ocupó las cátedras de las tres disciplinas aunque fue en la segunda donde sobresalió. Jerónimo Muñoz va a revisar todas las teorías cosmológicas de Aristóteles que, junto a las de Ptolomeo, habían marcado la astronomía medieval. A partir de la observación de un cometa en 1572 se va a dedicar a comentar y criticar aquellas ideas basadas en un cielo estático e incorruptible.
La ciencia en la España imperial: Grandes avances en medicina
Uno de los científicos más conocidos de esta época es Miguel Servet (1509-1553) debido tanto a la repercusión de su descubrimiento como a su trágico final. Servet buscaba el conocimiento de Dios y para él era posible alcanzarlo mediante la investigación del mundo sensible, de lo empírico, razón por la cual comenzó sus trabajos. Mediante un complejo razonamiento siguiendo la teoría judía de que el alma está en la sangre dedujo que el objeto de la respiración es purificar a ambas. El español concluyó que el plasma sanguíneo parte del ventrículo derecho a los pulmones volviendo al izquierdo una vez purificada, lo que se conoce como circulación pulmonar.
Otro ejemplo en este campo fue el de Pedro Dolese (1460-1531), reputado médico cuya mayor aportación al mundo intelectual lo realizaría de forma póstuma debido a la férrea vigilancia de la Inquisición. Fue con la publicación en 1536 de su Summa totius philosophiae et medicinae en el que recupera a Heráclito y realiza una defensa de la constitución de los elementos por átomos. Para finalizar hay que nombrar a Francisco Vallés (1524-1592), médico de cámara de Felipe II. Publicó dieciocho obras sobre el mundo de la medicina, desde críticas a doctores de la Antigüedad, entre los que sobresalen Galeno e Hipócrates, hasta obras sobre el uso de plantas medicinales.
Alonso de Chaves y el Arte de Navegar de la España del siglo XVI - Revista de Historia
10/02/2020 @ 13:18
[…] la España del siglo XVI la astronomía se cultivó fundamentalmente en relación con la cosmografía (geografía […]