La caballerÃa de los Tercios no ha sido tan profundamente tratada como la infanterÃa de los mismos. Paralelo al auge de las grandes formaciones de infanterÃa como los Tercios, la caballerÃa fue perdiendo peso, ya que la hasta entonces invencible caballerÃa pesada, mordÃa una y otra vez el polvo contra las nuevas formaciones ideadas por el Gran Capitán, en las que los escuadrones de picas formados en cuadros y rodeados de arcabuceros y mosqueteros, se mostraban impenetrables para la caballerÃa.
La caballerÃa de los Tercios y la táctica de la caracola
El propio Gran Capitán le dio un
nuevo uso a la caballerÃa, usando su principal capacidad: la movilidad y rapidez, gracias a la cual venció en varias batallas, pero usándola como transporte es decir, como un complemento de las tropas principales de a pie y como mucho como tropas de escaramuza y persecución.
Fue la propia técnica que estaba revolucionando los campos de batalla europeos la que volvió a dar un sentido a la caballerÃa en los ejércitos dominados por tropas de infanterÃa como los Tercios. La introducción en el arma de caballerÃa del
arcabucillo de rueda hizo que volviese a ser apreciada. En el caso de los Tercios españoles, la caballerÃa del tipo
herreruelo (jinetes con una capa corta que no molestaba sus movimientos, cascos abiertos para facilitar la visión y armadura muy ligera) armados con dos pistolas o arcabuces de pequeño tamaño, propició grandes victorias combinándolas con las compactas formaciones de piqueros de los Tercios, jugando un gran papel como por ejemplo en la
victoria de San QuintÃn.
Su uso en batalla se concretaba en la táctica de la caracola. La caballerÃa de los Tercios se organizaba en filas y pistolas en mano se acercaban a distancia de disparo (entre 10 y 20 metros). Tras disparar la primera fila de jinetes, viraban y procedÃa la segunda fila, y asà sucesivamente, desatando una ininterrumpida tormenta de disparos sobre las filas enemigas.
 Cuando terminaban, se reagrupaban en retaguardia, cargaban sus armas y vuelta a la carga.  El principal problema de ésta táctica era que los mosquetes y arcabuces de la infanterÃa defensora tenÃan entre dos y cinco veces mas alcance que los arcabucillos de rueda de la infanterÃa, sin embargo la rapidez de la caballerÃa y el férreo entrenamiento y precisión realizando la maniobra, daban ventaja a la caballerÃa, manteniéndose la táctica de la caracola durante décadas.
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La superioridad española en la conquista del Imperio Inca, estrategia, táctica y armamento - Revista de Historia
05/11/2019 @ 11:37
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