Situada en el valle del río Orontes, la ciudad de Qadesh no sólo hacía de frontera entre el territorio egipcio e hitita, sino que era una localización clave para el control del comercio sirio. A pesar de que no todos los expertos se ponen de acuerdo y algunos creen que la ciudad estaría en realidad hacia el sur, cerca de la actual Gaza, todos coinciden en señalar que su conquista por los egipcios supondría enormes beneficios comerciales. Sethi I, padre de Ramsés, ya había conquistado la ciudad durante su reinado, pero el dominio egipcio sobre ella fue breve. Muwatalli, rey de Hatti, consiguió pronto recuperar Qadesh, y la convirtió en el punto clave de los planes militares hititas en Siria.
Ramsés y Muwatalli, dos reyes con destinos opuestos
Ramsés II ascendió al trono de Egipto con apenas 20 años. Con un reinado de casi ocho décadas, es sin duda uno de los faraones más famosos. Se cree que era pelirrojo, y se dice de él que desde su más tierna infancia mostró interés por los asuntos administrativos y políticos de Egipto. No obstante, la faceta del poder que más atraía a Ramsés era la guerra, lo cual demostró comenzando sus campañas militares en Asia y Nubia nada más convertirse en faraón. Conocido como El Grande, fue famoso por su múltiple descendencia, fruto de sus uniones con sus esposas, princesas extranjeras y decenas de concubinas, así como por sus proyectos arquitectónicos, en muchos de los cuales queda reflejado lo ocurrido en la batalla de Qadesh.
A Muwatalli, en cambio, no le ha sonreído la fama histórica. Sabemos que accedió al trono como sucesor de su padre Mursil II, que su hermano Hattusil II también sería rey y que antes de gobernar sobre los hititas ostentó los cargos de gran mayordomo, general y jefe de la división de carros. Militar tremendamente activo, se enfrentó con egipcios, gasgas, y el pueblo de Arzawa. Además, tuvo que soportar una rebelión interior encabezada por el noble Piyamaradu. Convencido de que el pueblo hitita debía extenderse a costa de los egipcios, trasladó la capital del reino de Hattusa a Tarhuntassa, mucho más cerca del territorio de los faraones.
La Batalla de Qadesh
En el verano de 1274 a.C. cuatro divisiones egipcias bautizadas con nombres de divinidades (Amón, Ra, Ptah y Set), compuestas por carros, arqueros y lanceros, partieron de Per-Ramsés hacia Amurru, junto con un cuerpo de élite destinado a la protección del faraón, de nombre naharina. En total eran cerca de 20.000 hombres. Al lado del faraón iban dos de sus hijos. Un mes después alcanzaron la ciudad de Qadesh.
En Qadesh esperaba Muwatalli, quien, sabiendo de la cercanía de los egipcios, había construido una alianza con cerca de veinte pequeños estados de Siria y Anatolia (Ugarit, Kargamis y Gubla entre otros). Se trataba de un ejército heterogéneo y poco entrenado, formado por hititas, licios y misios entre otros pueblos, y que alcanzaba los 27.000 efectivos. La sección más temible era la formada por los 2.500 carros de guerra hititas.
Confiados, los egipcios dividieron sus escuadras y acamparon a diferentes distancias de la ciudad, pero fueron sorprendidos por el ejército aliado, que tomó por sorpresa a la división de Amón y atacó también a la de Ra. Asustados, los soldados egipcios comenzaron a desertar. Pero fue entonces, y según las crónicas egipcias, cuando Ramsés montó a caballo y salió en busca del enemigo acompañado por la guardia de élite. Gesto de valentía que fue suficiente para que el ejército egipcio recuperara el valor y siguiera a su faraón.
A partir de ese momento, los carros egipcios dominaron por completo la situación. Los relieves de los templos egipcios muestran como la llanura donde se situaba Qadesh quedó cubierta por cadáveres enemigos.
Muwatalli, quien en los relatos egipcios aparece como un rey cobarde que fue incapaz de entrar en batalla, envió una carta de rendición a Ramsés y alabándolo como soberano. El faraón decidió entonces avanzar con sus tropas hacia el sur sin tomar la ciudad. Había triunfado, y así lo narraría la historia egipcia que ha llegado hasta nosotros.
¿Quién ganó la batalla de Qadesh?
¿Por qué Ramsés no tomó Qadesh? ¿Por qué no acabó con la vida de Muwatalli? Queda claro para los investigadores dedicados a este hecho de la historia egipcia que Ramsés ganó en el campo de batalla y que Muwatalli pidió el fin de la guerra. Pero los egipcios se marcharon sin conquistar la ciudad; quizás porque su ejército estaba tan diezmado que no querían arriesgarse a perder en un nuevo enfrentamiento. Por ello, el faraón decidió ir a la conquista de otras tierras, venciendo en Kheta, Naharin, Retenu y Katna.
Con su propaganda, Ramsés consiguió que un enfrentamiento sin claro vencedor se convirtiera en una victoria épica, a pesar de que los hititas recuperaron el control sobre Amurru y se hicieron los señores de la zona Siria. Poco después comenzaba un segundo periodo de reinado para Ramsés, caracterizado por la paz y la construcción de monumentos conmemorativos de sus hazañas de guerra.
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Los Pueblos del Mar - Revista de Historia
27/11/2019 @ 12:12
[…] paz que favoreció el comercio, la diplomacia y los intercambios culturales. Además, tras la batalla de Qadesh (1274 a.C.), que enfrentó a hititas y egipcios, se produjo una especie de equilibrio político en […]