Icono del sitio Revista de Historia

La batalla de Gaugamela

La batalla de Gaugamela

¡Suscríbete a Revista de Historia!
  La batalla de Gaugamela [1], 1 de octubre del 331 a.C., es quizá la más conocida de todas las batallas que libró Alejandro Magno, decisiva para conquistar el imperio persa de Darío III, considerada una obra maestra de táctica militar. La victoria de Alejandro supuso que toda Mesopotamia quedase abierta al macedonio, pudiéndose dirigir a Babilonia.

¡Suscríbete a Revista de Historia!
Después de dejar Tiro, el ejército de Alejandro viajó a Damasco, y desde allí a Tápsaco. Tras cruzar el río Eúfrates, en vez de seguir río abajo hacia Babilonia por Mesopotamia, el ejército viajó hacia el nordeste, en busca de agua para sus monturas. Alejandro, siguiendo una antigua ruta militar llegó hasta el Tigris. Él sabía que las tropas de Darío se encontraban cerca del río para impedir que lo cruzase, pero consiguió cruzarlo más al norte. Pasados unos días, Alejandro siguió avanzando y averiguó que Darío estaba con su ejército en un paraje conocido como Gaugamela[2], terreno que Darío había elegido para frenar el avance en un enfrentamiento campal.

La batalla de Gaugamela

¡Suscríbete a Revista de Historia!
Darío eligió el terreno de Gaugamela porque contaba con una amplia llanura. Sus hombres habían procedido a nivelar parte del terreno para la caballería y los carros falcados[3]. Los persas eran reacios a pasar la noche cerca de las tropas enemigas, por lo que la noche de antes del combate Alejandro ocupó laderas que daban sobre Gaugamela, analizando el campo de batalla[4].

Es difícil cifrar los efectivos de los dos ejércitos. Del ejército de Alejandro unos 47.000 hombres: 31.000 infantes pesados (falangistas, hipaspistas y hoplitas), además de 9.000 peltastas y 7.000 jinetes[5]. Las fuentes para el ejército de Darío dan cifras fantásticas o exageradas. Arriano establece las fuerzas en 40.000 jinetes, 200 carros falcados, 15 elefantes y un millón de soldados de infantería. Fernando Quesada establece la cifra, más que razonable, de 34.000 jinetes[6]. Curcio cifra en 200.000 soldados de infantería y 45.000 de caballería a los persas[7].

Para la batalla, el ejército persa formó una larga línea de frente, de escasa profundidad. Beso estaba a la izquierda al frente de tropas de diferentes nacionalidades más 150 carros falcados. A la derecha Maceo, junto con otro contingente multinacional. Darío formó en el centro con las mejores tropas persas, acompañado por los indios y los carios. Por detrás, los babilonios, uxianos, sitacenios y las tribus del mar Rojo. Delante se encontraban 15 elefantes más 50 carros falcados[8]. Por su parte, el ejército de Alejandro desplegó la infantería en el centro. En el ala derecha, Alejandro con los Compañeros y la caballería ligera. En el flanco izquierdo formó Parmenión con el resto de jinetes[9]. Alejandro utilizó una táctica modificada a la empleada en Isos[10].

Los detalles de la batalla varían según las fuentes. Arriano solamente describe la situación que se dio en el ala derecha de Alejandro[11].

Alejandro avanzó en diagonal hacia el enemigo[12], rebasando el terreno nivelado, maniobra contrarrestada por Darío con un movimiento envolvente, respondido por Alejandro con una contraofensiva. Los combates se sucedieron hasta romper las líneas persas. En ese momento los carros falcados fueron lanzados contra la falange, siendo la mayoría abatidos. Tras ello, Alejandro junto con la caballería de los Compañeros penetró en cuña hacia el lugar donde estaba Darío, que huyó del campo de batalla[13], perseguido por Alejandro.

La maniobra de Alejandro provocó una ruptura en sus propias filas. Parmenión quedó rodeado, enviando un emisario a Alejandro para informar de su situación. Alejandro abandonó la persecución de Darío, regresando al campo de batalla. En la batalla se produjo una masacre: 40.000 persas y 5.000 macedonios[14]. Muchos soldados persas fueron hechos presos[15].

La victoria de Alejandro se vio empañada por la huída de Darío. Las fuentes[16] echan la culpa a Parmenión, al solicitar ayuda a Alejandro para socorrer el ala izquierda. Rápidamente las capitales de Babilonia, Susa y Persépolis, cayeron en manos de Alejandro. Darío y su séquito se retiraron hacia el este de Irán, buscando refugio. Finalmente sería asesinado por el sátrapa Besos.

Tu navegador no admite iframes AMP.

Gaugamela produjo el derrumbe definitivo del imperio persa, otorgando a Alejandro la supremacía sobre sus territorios, salvo los más orientales. Alejandro ponía fin tras Isos y Gaugamela al imperio de Darío.

Autor: Guillermo Gracia Guinovart para revistadehistoria.es

¿Eres Historiador y quieres colaborar con revistadehistoria.es? Haz Click Aquí

Bibliografía

BOSWORTH, Albert Brian (2005), Alejandro Magno, Madrid, Akal.

CUERVO ÁLVAREZ, Benedicto (2014), “Alejandro Magno”, Revista de Claseshistoria, 3: 1-29.

DOMÍNGUEZ MONEDERO, Adolfo (19 de enero de 2021), La batalla de Gaugamela [Archivo de video]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=HcpHnhabp-Q&t=32s

NEGRETE MEDINA, Javier (2009), La gran aventura de los griegos, Madrid, La Esfera de los Libros.

POMEROY, Sarah, STANLEY, Burnstein, DONLAN, Walter y TOLBERT, Jennifer (2012), La Antigua Grecia, Barcelona, Crítica.

SÁEZ ABAD, Rubén (2014), Atlas ilustrado de la guerra en la antigüedad: Grecia, Madrid, Susaeta.

[1] La batalla mejor documentada de toda la historia de Grecia. Los macedonios capturaron el cuartel general de los persas. Pomeroy, Stanley, Donlan y Tolbert, 2012: 436.

[2] Gaugamela estaba al sur de Mosul, en la zona nordeste de Irak. Pomeroy et al., 2012: 436.

[3] Sáez, 2014: 165. El terreno fue adaptado a las necesidades que precisaba el ejército aqueménida, sin obstáculos a los lados para que el ejército de Alejandro no pudiese proteger sus flancos. Ello venía precedido por lo ocurrido en la batalla de Isos. Negrete, 2009: 522.

[4] Bosworth, 2005: 93.

[5] Sáez, 2014: 165.

[6] Negrete, 2009: 523-524.

[7] Bosworth, 2005: 90.

[8] Sáez, 2014: 166.

[9] Ibíd.: 166.

[10] La novedad estaba en la disposición de dos columnas volantes a ambos costados, dispuestas en ángulo, para impedir maniobras de flanqueo. Pomeroy et al., 2012: 438; Sáez, 2014: 166.

[11] Bosworth, 2005: 94-95.

[12] Para Domínguez Monedero es un éxito. Domínguez, 2021.

[13] Sáez, 2014: 166.

[14] Ibíd.: 167. Las fuentes clásicas exageran las bajas persas y minimizan las macedónicas. Bosworth, 2005: 98.

[15] Cuervo, 2014: 13.

[16] Para Plutarco, el recado a Alejandro de socorro le impidió seguir a Darío. Diodoro afirma que los mensajeros enviados por Parmenión vieron a Alejandro separado de la línea de batalla, renunciando a llegar hasta él. Bosworth, 2005: 97.

Salir de la versión móvil