La batalla de Actium: una victoria de marketing mas que militarmente decisiva

Cleopatra presionó a Marco Antonio para poner rumbo a Egipto con la flota, y al final accedió, a pesar de ser un mucho mejor comandante de tropas terrestres que navales.

La flota de Antonio salió a la mar, con órdenes de que su flanco derecho, a las órdenes de Lucio Gelio Publicola, y a las de su flanco izquierdo, al mando de Cayo Sosio, de intentar alejarse del centro, en la esperanza de obligar al enemigo a ir tras ellos.

La treta surtió efecto, y a través del hueco que quedó en el centro de las líneas de Octavio, el escuadrón de barcos de Cleopatra pudo deslizarse por el hueco creado, con los barcos mercantes cargados con su tesoro real.

Si embargo, pronto Publicola fue derrotado, y los barcos de Antonio se dirigieron hacia el flanco derecho, quedando Marco Antonio atrapado en su buque insignia. En ese momento Marco Antonio decidió pasar a un barco mas pequeño y veloz y se dispuso a alcanzar a Cleopatra, pudiendo escapar con casi 70 barcos.

La acción de Antonio desmoralizó a sus tropas. Su ejército terrestre intento retirarse desde Actium hacia Macedonia, pero cuando fueron alcanzados por las tropas de Octavio, y teniendo en cuenta la huída indigna e indecorosa de Marco Antonio, decidieron negociar un conveniente cambio de lealtad…

El Marketing de Actium

Dejando aparte que la vergonzosa actitud de Marco Antonio abandonando a sus tropas en pos de su amada no era la mejor manera de ganar una batalla, Octavio aprovechó su victoria, que en lo militar tampoco es que fuese muy decisiva, para presentar la batalla de Actium como un triunfo de lo occidental, representado por Roma, sobre lo Oriental, representado por Marco Antonio y Cleopatra, un triunfo “justo”, en el que la virtud romana prevaleció sobre la depravación oriental.

La estratagema funcionó, pues la derrota no era decisiva, ya que  Marco Antonio aún disponía de 11 legiones a su mando, pero el marketing de Octavio hizo que cambiasen de bando, al no querer las legiones mancillar su honor a las órdenes de un falto de honor e indigno Marco Antonio, capaz de abandonar a sus tropas para esconderse en las faldas de una sátrapa oriental.

De alguna manera, la batalla de Actium, en realidad fue un enfrentamiento con visos de “honradez” para justificar la huída de Marco Antonio y Cleopatra, donde finalmente se suicidarían. Y en ese sentido marketiniano de Octavio, sí que fue un auténtico triunfo, ya que inauguró 500 años de dominio de Roma y sus emperadores sobre el Mare Nostrum, no en vano la fecha de la batalla es señalada como el fin de la República Romana y el inicio del Imperio.

Octavio aposentó su poder sobre esta victoria, siendo loado por “sus” escritores afinescomo por ejemplo Virgilio, que en La Eneida escribió sobre la batalla:

La reina en el centro convoca a sus tropas con el patrio sistro, y aún no ve a su espalda las dos serpientes. Y monstruosos dioses multiformes y el ladrador Anubis empuñan sus dardos contra Neptuno y Venus y contra Minerva. En medio del fragor Marte se enfurecen hierro cincelado, y las tristes Furias desde el cielo, y avanza la Discordia gozosa con el manto desgarrado acompañada de Belona con su flagelo de sangre.

Incluso William Shakespeare narró la batalla en su tragedia “Marco Antonio y Cleopatra”, donde Cleopatra es representada como vana e histriónica y en la que Marco Antonio llega a decir:

“Esta falsa egipcia me ha traicionado”,

en quizás un vano intento de Shakespeare de dar a Marco Antonio una grandeza de la que probablemente siempre careció.

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LA BAtalla de Actium

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