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Junkers 87 Stuka: Bombardeo en Picado

Junkers 87 Stuka: Bombardeo en Picado

El 1 de septiembre de 1939 a las 04:26 despegaron tres Junkers 87 Stuka del modelo B-1 en dirección al puente de Dirchau, sobre el río Vístula, y ocho minutos después destruían los dispositivos de voladuras polacos. La primera misión de combate de la Segunda Guerra Mundial se había completado con éxito 11 minutos antes de la declaración formal de guerra.

El Sturzkampfflugzeug (bombardero en picado) Junkers 87 Stuka fue uno de los aviones mas emblemáticos de la Luftwaffe alemana durante la Segunda Guerra Mundial. Diseñado por Hermann Pohlmann en 1935, y ampliamente conocido por sus alas de gaviota invertidas y sus famosas “Trompetas de Jericó”, era el símbolo de la propaganda aérea alemana.

Evolución del Junkers 87 Stuka

El bombardeo en picado ya era conocida durante la Primera Guerra Mundial, pero fue hasta los años veinte cuiando se construyó el primer avión específico para ese cometido, el Junkers K 47. En 1933 y mientras se acababa el diseño del Stuka (el primer prototipo se estrelló en 1935), se adaptó el biplano Henschel Hs 123, hasta que en 1937 entró en producción el Ju 87 A-1.

Desde 1939 todos los Junkers 87 Stuka fueron fabricados en una misma fábrica situada en el aeropuerto berlinés de Tempelhof.

El Arte del Bombardeo en Picado

Un Bombardeo en Picado requiere alcanzar velocidades de hasta 550 km/h en un ángulo de 90 grados, nada fácil. El Piloto debía realizar una lista de diez tareas vitales, tras lo cual abría los frenos en picado de intradós, para colocar el avión en picado. A continuación, debía colocar manualmente el avión alineando con las líneas rojas de su visor a un ángulo a 60, 78 o 80 grados respecto al horizonte. Después debía apuntar al objetivo con la mira de las ametralladoras, mientras ajustaba el avión mediante los timones. Cuando llegaba a una altura de unos 450 metros, el piloto debía accionar un botón para la recuperación automática del avión, que debía funcionar incluso si el piloto se desmayaba.

Los pilotos instalaron sirenas en los trenes de aterrizaje, las conocidas “Trompetas de Jericó”, que aterrorizaban con su estruendo a quienes se encontraban en las cercanías de su objetivo.

Bautismo de fuego e Historial

El Junkers 87 Stuka fue probado en combate ampliamente en la Guerra Civil Española en 1936 como parte de la Legión Cóndor. Posteriormente participó prácticamente en todas las campañas alemanas, pero pronto quedó claro durante la Batalla de Inglaterra, que sin escolta de cazas, era un avión muy vulnerable a pesar de su artillero de cola. Cuando la Luftwaffe perdió por completo la superioridad aérea, se convirtió en un blanco fácil, y no fue hasta septiembre de 1944 cuando dejó de fabricarse a favor de la versión de ataque a tierra del mas moderno Focke-Wulf Fw 190.

Para entonces ya se habían fabricado 5709 unidades y paradójicamente algunos aparatos capturados siguieron volando en la posguerra en algunas fuerzas aéreas como la Checoslovaca o la Yugoslava.

Bibliografía sobre los Stukas Aquí

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Trompetas de Jericó

Trompetas de Jericó

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