“a los diez años…[la reina] resultaba una retrasada. Apenas si sabía leer con rapidez”.
Es cierto que no tuvo buenos ejemplos la pequeña Isabel II pues su madre, la reina regente María Cristina de Borbón, se había casado en secreto a los dos meses de enviudar con su amante Fernando Muñoz, un militar que pertenecía a la Guardia de Corps. El matrimonio morganático constituyó un enorme escándalo primero en la corte, lugar en el que crecía Isabel y después, con los reiterados embarazos de su madre, en los mentideros y en todo el país. Por tanto tuvo la joven reina hermanos ilegítimos, los “muñoces” y el mismo marido de su madre fue elevado al rango de Grande de España y duque de Riánsares.
Este y otros escándalos de corrupción de la regente y su marido provocarían el destierro de esta y la llegada a la regencia del general liberal Baldomero Espartero quedando la joven reina sin la figura materna, en un entorno cada vez más despiadado y hostil. Su educación se basó exclusivamente en los aspectos religiosos y domésticos no siendo instruida en humanidades ni política. Seguramente los diferentes gobiernos, liberales o moderados preferían una reina inculta y preocupada de asuntos mundanos que una persona formada políticamente.
“con paquita no, con paquita no”,
sabedora de la homosexualidad de su primo y sus opuestos caracteres. Obligada a casarse con un hombre al que repudiaba y que no podía satisfacerla sexualmente la reina tuvo el camino expedito para gozar de una sexualidad muy acentuada con cualquiera que se cruzase en su camino.
Isabel II y su alocada vida amorosa
Se dice que fue el General Francisco Serrano el que la desvirgó, el conocido como
“general bonito”,
joven y del agrado de la soberana Isabel II, del que se enamoró sinceramente y que le rompió el corazón, pudo haber sido el iniciador en las artes amatorias de la joven reina aunque también se dice que fue uno de sus preceptores, Salustiano de Olózaga, político progresista, el que pudo gozar del privilegio de desvirgar a la joven reina, proclamada en 1843 como mayor de edad con 13 años. En cualquier caso, lejos de la rumorología y el cuchicheo del pueblo que en alegres coplillas difamaba a la reina, conocida como la
“frescachona”,
está demostrada la alocada vida sexual de una mujer que reinó en España durante 35 años. En su desordenada vida era habitual acostarse a altas horas de la madrugada tras haber visitado algún tablao flamenco o zapateado con amigotes de la corte en cualquier fiesta que se le presentara. Después, lejos de atender a los asuntos de estado, dormía toda la mañana hasta la tarde. Una vida impropia de una reina que debe ser ejemplar.
El mismísimo papa de Roma, Pio IX (nono) en carta dirigida al nuncio en España resaltaba que la reina Isabel II era muy piadosa
“pero muy puta”.
Con esto queda todo dicho. Prohombres y políticos, sencillos guardias reales, actores y hombres de buena planta pasaron por el lecho de una reina que sin alejarnos mucho de la realidad ha sido considerada como la
Florencia, 1478: Asesinato en la Catedral - Revista de Historia
26/08/2019 @ 13:45
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