Hernán Cortés posiblemente ha sido el conquistador más afamado por la leyenda. Este hombre de buena cuna, hijo de un hidalgo, nació en Medellín (Extremadura) en 1485.
Las tierras extremeñas siempre han sido consideradas como el lugar de nacimiento de grandes personajes históricos a lo largo de la historia.
Hernán Cortés, el conquistador del Imperio Azteca
Llegaron cerca de Tabasco en 1519, tomando como suyos varios territorios indígenas. Allí se enfrentaron a tribus de rostros pintados, armados con hachas rudimentarias, arcos y lanzas. Pero aquellos guerreros aparentemente fieros no amedrentaron a Cortés ni a sus hombres. Los caballos montados por sus jinetes causaron dudas en los nativos, que a sus ojos pensaron que se trataban de bestias que escupían fuego, refiriéndose a este fuego como los arcabuces de los españoles. El miedo, la novedad y la contundencia de Cortés y sus hombres provocaron que los indígenas cayesen fácilmente ante la caballería y los arcabuces. Murieron más de 800 indígenas.
Los españoles se asentaron en la zona, y los nativos les espiaban de cerca y comenzaron a acercarse con menos miedo. No tardaron en enviar embajadores y caciques. Dándose cuenta de que los españoles no tenían mujeres, les ofrecieron esclavas y oro a cambio de cascabeles, espejos y cuentas de colores. De entre todas las esclavas destacaba por su belleza Malinche, una princesa de un cacique local que por aquel entonces ya solo era una esclava. Cortés ordenó bautizarla bajo el nombre de Marina, y quedó prendado de ella. La esclava hablaba náhuatl, y aquello significó un gran paso adelante para establecer relaciones con el líder azteca Moctezuma.
Los espías de Moctezuma piensan que Quetzacóatl ha regresado e informan a su líder. Marina era la única que podía entender la lengua azteca, y actuó como traductora por medio de Aguilar para que la información llegase finalmente a Cortés. Se toparon con los Cholultecas, una tribu que, a pesar de su belicosidad, no pudo con los cañones, los arcabuces, los caballos y las armaduras españolas. Cortés y sus hombres eran casi invencibles.
Hernán comenzó a asentarse en territorio azteca, pero se topó con tribus muy guerreras. Fundó Veracruz, donde dejó una guarnición para continuar su camino hacia Tenochtitlan junto a 400 hombres. Desde un punto en lo alto contempló extasiado la ciudad imperial de posiblemente 1.000.000 de habitantes, que le causó una fascinación nunca antes vivida. La ciudad se erguía sobre lagunas, recordando mucho a Venecia.
A los oídos de Moctezuma llegaban noticias de la llegada de los españoles y quiso conocer a su enemigo. Durante el encuentro que tuvo lugar, Cortés se mostró cordial e intentó incluso abrazarle, pero los soldados de Moctezuma se lo impidieron al considerar a su líder casi como un ser divino. Por cortesía azteca, los españoles y algunos aliados nativos que fueron haciendo durante el camino entraron en Tenochtitlan, la ciudad más importante de América en aquel momento.
Una vez llegaron, se establecieron en un palacio. Pero los capitanes de Cortés estaban convencidos de que aquel acto de aparente hospitalidad era una trampa, además llegaron noticias de Veracruz de que la guarnición allí establecida había sido masacrada por aztecas de Moctezuma. Los capitanes de Cortés le instaron a hacer preso al líder azteca, pero el conquistador se mostró más precavido. Casi una semana después se acercó con Marina y sus capitanes hacia el propio palacio de Moctezuma, al que exigieron justicia.
La situación en el palacio era tensa. Ambos líderes optabaron por el diálogo, pero los capitanes se pusieron nerviosos y Marina le dijo a Moctezuma que se entregase sin que hubiese derramamiento de sangre. Moctezuma se entregó y se le llevaron cautivo a la zona de los españoles dentro de la propia Tenochtitlan. Mientras tanto, Velázquez organizó una flota para castigar a Cortés. Sus 1000 soldados y 18 naves al frente de Pánfilo de Narváez arriban en las costas de México.
De lo que no era consciente Pánfilo es que la mitad de sus hombres estaban a favor de Cortés, más atraídos por el oro que podían conseguir y las aventuras que por lo que pudiese ofrecerle el propio Pánfilo. Cortés recibió la noticia y se presentó en 1520 ante Pánfilo con apenas 250 hombres para discutir aquello. Sabía que jamás podría ganar a ese ejército, pero finalmente le derrotó y sus fuerzas se unieron a las de Cortés, que volvió a Tenochtitlan donde le esperaba Pedro Alvarado y algunos de sus hombres.
En la ciudad imperial se dio cita un acontecimiento de celebración y sacrificios humanos, pero Alvarado no estaba dispuesto a consentir que se sacrificasen personas y, a pesar del intento de prohibición, Moctezuma no hizo caso y la fiesta siguió adelante. Dio comienzo una batalla en Tenochtitlan, que al llegar Cortés ya la vio iniciada.
Los aztecas estaban dispuestos a morir por sus tradiciones y ya no consideran a los españoles como dioses, sino como hombres, pues sangraban como ellos y eran mortales. El 30 de junio de 1520 llegó el momento de huir. Cortés sabía que se jugaba demasiado y no quería perder más hombres.
Durante su escapada, en la noche y cargados de oro, los españoles cayeron por cientos ante una emboscada indígena. También cayeron miles de aliados nativos. Cortés, incluso, sale mal herido de allí. Es la llamada Noche Triste para los españoles. El conquistador extremeño siguió batallando con las fuerzas que le quedaban en los días venideros hasta llegar a territorio aliado.
Allí se recuperó y conformó un ejército auxiliar de nativos que quiso volver a por Moctezuma. Pero las disputas en Tenochtitlan favorecieron a Cortés y sus hombres, pues los jóvenes líderes que se alzaban en la ciudad imperial ya no querían seguir a Moctezuma. Llegó la viruela, y con ella los estragos en la población indígena.
Moctezuma había muerto durante la batalla civil. Finalmente su último líder, Cuauhtémoc, también murió. Cortés gobernó hasta 1540. Descubrió Baja California en sus expediciones. Llegó al Pacífico y aportó nuevas nociones a la geografía. Tuvo un hijo llamado Martín con su amada doña Marina.
Posteriormente llegó Catalina Juárez y reivindicó sus derechos de esposa. Cansado de sus reproches, muy posiblemente fue asesinada por Cortés.
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Bernal Díaz del Castillo, el soldado y cronista de la Conquista de México - Revista de Historia
29/04/2020 @ 14:31
[…] Nacido en Medina del Campo (Valladolid) en 1495, el soldado, conquistador y cronista Bernal Díaz del Castillo participó en todas las expediciones realizadas a México y escribió la famosa “Historia verdadera de la conquista de Nueva España” que narra la conquista del imperio azteca en la que participó como soldado de Hernán Cortés. […]