La espartiata es una de esas culturas que se rodean de un halo de romanticismo, que en la actualidad mitificamos, pero no era un vida nada utĂłpica, eran duros y aguerridos, valientes, y esto se lo debĂan a una estricta educaciĂłn desde niños, algo impensable en la actualidad desde el punto de vista humano.
Espartiata, como convertir a un bebé en el guerrero mas temido de Grecia
La espartiata era una sociedad basada en la eugenesia, en la selecciĂłn de los mejores para convertirse en ciudadanos.  En el momento en que el bebĂ© nacĂa, su padre lo llevaba ante los ancianos de la tribu para su presentaciĂłn.  Estos lo examinaban  para comprobar que el reciĂ©n nacido estaba sano y bien formado. Solo si era un niño perfecto, sano y fuerte, podrĂa ser ciudadano y recibir, por lo tanto, una parcela de tierra para cultivar. Si era rechazado, el bebĂ© se arrojaba por una sima cuyo nombre era, eufemĂstico, “DepĂłsitos”, a los pies de del Taigeto.
Hasta los doce años endurecĂan su cuerpo y su carácter con juegos y pruebas que realizaban desnudos y descalzos.  AprendĂan además a leer, escribir, aritmĂ©tica, expresiĂłn oral, mĂşsica, danza y poesĂa.
A partir de los 14 años, su relaciĂłn con el mundo adulto era normalizada, los jĂłvenes tenĂan que aprender los mecanismos de poder y como ser un ciudadano modelo.  Los adultos,  de unos 30 años, pasaban a convertir al adolescente en su amante.  A partir de ese momento se convertĂan en su guĂa  y conductor, responsabilizando de las acciones del pequeño, de forma que si este cometĂa un error, el adulto era castigado por ello.  La “pederastia” estaba socialmente admitida y tanto Plutarco como Jenofonte la defienden,  segĂşn ellos mismos afirman, con ella no se buscaba el goce fĂsico (esto nos lo creeremos o no, claro), incluso este Ăşltimo autor creĂa que someter a la persona a la sodomĂa era la mejor forma de educarla.
A los 20 años, y hasta los 30, comenzaba su instrucciĂłn militar en el ejĂ©rcito.  A los 30 el joven ya ciudadano de pleno derecho, pudiendo participar en la Asamblea de ciudadanos, incorporarse a las filas hoplĂticas del ejĂ©rcito y participar en las magistratutras.  Además ya podĂa casarte y formar una familia.
No todos, solo unos pocos seleccionados, probablemente d la alta nobleza espartiata, además de toda la educaciĂłn anterior, debĂan pasar una prueba, la denominada cripteia, que ocurrĂa entre los 20 y 30 años.  Se trataba de un rito de paso ancestral: los jĂłvenes vestidos con solo una tĂşnica (la prueba se realiza en inverno), sin calzado, litera, esclavos,… solo con un puñal, tenĂan que vagar  por las montañas escondiĂ©ndose durante le dĂa para no ser descubiertos por los adultos y evitar asĂ ser castigados, eran la presa de su propio pueblo.  Para sobrevivir tenĂan que robar y por la noche era cuando se convertĂan en cazadores, descendiendo de las montañas y matando a los hilotas (esclavos propiedad del estado espartiata).
Este sistema educativo era la piedra angular de Esparta, convertĂa a los niños en aguerridos ciudadanos y guerreros, soldados, al mismo tiempo que virtuosos y acatadores de las leyes inmutables del Estado.  Solo los reyes y las mujeres no participaban de esta educaciĂłn y los 300 lo hacĂan solo en parte.  El principal objetivo era el bienestar de la comunidad, que se situaba por encima de todo, no tenĂa cabida ni el beneficio ni la gloria personal, no podĂan demostrar arrogancia ni opulencia.  Todos eran iguales y todos eran un uno.
Autora: Mª Engracia Muñoz para revistadehistoria.es desde http://arqueologiaenmijardin.blogspot.com.es/
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