Ramsés II fue uno de los faraones más famosos de la historia de Egipto y también uno de los más longevos. Pero tiene también el record de ser el primer faraón que viajó en avión, ¿el motivo?, la momia debía someterse a un meticuloso proceso de restauración en Francia.
El viaje de Ramsés II a Francia
“Francia saluda a los restos mortales de uno de los más grandes Jefes de Estado de toda la antigüedad”.
La salida del faraón hacia el extranjero no fue tarea fácil. Se llevaron a cabo distintos acuerdos internacionales, ya que, según las leyes de Francia, cualquier persona, viva o muerta que entrara en el país, debía estar en posesión de los documentos migratorios pertinentes. Por lo que podemos decir que Ramsés II fue el primer faraón que adquirió un visado.
La razón por la que se llevaron a cabo las negociaciones entre los dos países para el traslado, se debía a problemas de conservación que ponían en peligro la integridad del cuerpo. El corte por el que los embalsamadores lograron extraer los órganos del faraón, se estaba deteriorando a pasos agigantados. También se encontraron diminutas fisuras en el lino que envolvía parte del cuerpo, así como una grieta de gran tamaño en la cadera del monarca. Pero lo que realmente alarmó a los expertos fue el olor que desprendía, evidenciando la existencia de gran cantidad de hongos y bacterias.
En los acuerdos firmados por Francia y Egipto, se recalcaba que no estaba autorizada la extracción de tejidos del cuerpo, pero sí analizar el material suelto pegado a la momia. En esas muestras obtenidas, sobre todo en la zona de la espalda, se encontraron medio centenar de distintos tipos de hongos. La sorpresa llegó al examinar la incisión principal por la que extrajeron los órganos del faraón. Casi 400 colonias de hongos repartidas en unas 90 especies.
Los estudios sacaron a la luz distintas conclusiones. El faraón había sufrido artritis, arteriosclerosis y presentaba una inflamación grave por la ausencia de uno de los molares inferiores, lo que pudo ocasionarle la muerte. También determinaron que el cuello estaba roto, posiblemente ocasionado durante el proceso de embalsamamiento, y en el abdomen se encontraron restos de hojas de tabaco.
Una vez se limpió el cuerpo de polvo y arena, y cosidas las partes sueltas del cuerpo con hilos de lino, se sometió a la momia a una lluvia de rayos gamma de cobalto para la eliminación total de las bacterias y hongos en la instalación nuclear de Grenoble.
Tras ocho meses de minuciosos trabajos, Ramsés II regresó a Egipto para descansar, ahora con mejor aspecto, en el Museo Egipcio de El Cairo a la espera de ser llevado a su nueva morada, el Museo Nacional de Civilización Egipcia (NMEC).
Autor: Juan Álvarez-Nava García para revistadehistoria.es
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Sebastian
03/02/2021 @ 04:38
Muy interesante.