El inicio de Las Cruzadas dio comienzo en 1095 con la Primera Cruzada, el primero de una larga serie de enfrentamientos que asolarÃan Oriente Próximo y provocarÃan miles de muertos durante dos siglos.
Los enfrentamientos tuvieron lugar entre cristianos y musulmanes, y se debieron a la intención por parte de los primeros de recuperar Tierra Santa para la cristiandad.
El inicio de Las Cruzadas
Ante el avance de los selyúcidas, el emperador bizantino Alejo I escribió una carta al pontÃfice de Roma, Urbano II, solicitando la ayuda de toda la cristiandad para combatir a los musulmanes. A pesar de que el Imperio bizantino habÃa protagonizado el Cisma de Oriente en 1054, distanciándose asà de Roma, el Papa Urbano II aceptó ayudar a Alejo, anhelando unir de nuevo a toda la cristiandad bajo un solo estandarte. Para tal fin convocó un Concilio en la ciudad de Clermont, en el cual Urbano II lanzó un inspirado sermón en el que habló sobre los abusos que los musulmanes infligÃan a los peregrinos cristianos que viajaban a Tierra Santa, explicó la necesidad de que los nobles aparcasen sus luchas internas y se uniesen en la lucha contra los musulmanes y prometió a todos aquellos que se unieran a la lucha el perdón de todos sus pecados.
¡Dios lo quiere!
El inicio de Las Cruzadas. La cruzada de los pobres
Al tiempo que Urbano II proclamaba la guerra santa varios predicadores, entre los que destaca Pedro el Ermitaño, influyeron en una gran cantidad de campesinos y gente humilde para marchar a Tierra Santa. Este ejército, mal formado y organizado, estaba formado por cuarenta mil cruzados, principalmente campesinos sin entrenamiento militar, entre los que se encontraban mujeres y niños. Su lÃder, Pedro el Ermitaño, no esperó a que los preparativos del Papa terminasen, sino que dirigió a sus seguidores a tomar Jerusalén por su cuenta. Esta cruzada es conocida como la Cruzada de los pobres, popular o de Pedro el Ermitaño.
Tras un difÃcil viaje por Europa en el que murió una cuarta parte del ejército, la cruzada llegó a Asia Menor, donde pronto fueron masacrados por los turcos y los cautivos esclavizados. Sólo Pedro el Ermitaño y unos pocos supervivientes lograron regresar a Constantinopla.
El inicio de Las Cruzadas. La Cruzada de los PrÃncipes
En 1096, tras el desastre de la Cruzada de los pobres, tuvo lugar la que se conoce como la Cruzada de los prÃncipes o los barones, mejor organizada y formada por miembros de la nobleza feudal. Esta serÃa la considerada Primera Cruzada, la única que serÃa realmente exitosa. Este ejército estaba formado por entre treinta y treinta y cinco mil cruzados, provenientes sobre todo de Francia y el Sacro Imperio Romano Germánico.
Después de llegar a Asia Menor, los cruzados tomaron el control de varias ciudades bizantinas como Nicea o AntioquÃa que habÃan caÃdo en manos de los musulmanes, y que regresaron al dominio cristiano.
Finalmente los cruzados llegarÃan a Jerusalén en 1099, e iniciarÃan el asedio a la ciudad. Después de varios asaltos infructuosos a las murallas, y de una escasez de suministros que hizo peligrar el asedio, la llegada por mar de un contingente genovés lograrÃa decidir la batalla. Utilizando la madera de los barcos para construir torres de asedio, los cruzados lograron penetrar en las murallas y lograr que la guarnición se rindiese a los asaltantes el 15 de julio de 1099.
La matanza que siguió a la toma de la ciudad fue brutal. Los cruzados exterminaron a casi todos los habitantes de Jerusalén. Musulmanes, judÃos e incluso algunos cristianos perecieron en la vorágine de violencia que se prolongó durante la tarde, la noche y la mañana del dÃa siguiente. Ni siquiera aquellos que se refugiaron en los templos lograron salvarse. Baste esta descripción de Raimundo de Aguilers, que participó en la masacre, para hacerse una idea de toda esta violencia:
“Algunos de nosotros, los más piadosos, cortaron las cabezas de los musulmanes; otros los hicieron blancos de sus flechas; otros fueron más lejos y los arrastraron a las hogueras. En las calles y plazas de Jerusalén no se veÃan más que montones de cabezas, manos y pies. Se derramó tanta sangre en la mezquita edificada sobre el templo de Salomón, que los cadáveres flotaban en ella y en muchos lugares la sangre nos llegaba hasta la rodilla. Cuando no hubo más musulmanes que matar, los jefes del ejército se dirigieron en procesión a la Iglesia del Santo Sepulcro para la ceremonia de acción de gracias.”
El inicio de Las Cruzadas. El fin de La Primera Cruzada
Tras esta victoria muchos de los cruzados consideraron que habÃan cumplido su objetivo, de modo que muchos regresaron a su casa. La Primera Cruzada se saldó con la victoria de los cristianos.
Autor: Jesús Sahuquillo Olivares para revistadehistoria.es
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