Eran los tiempos de la Revolución Francesa cuando España, aún bajo una hegemonía de grandezas, quiso detener el avance inglés que amenazaba sus colonias en Filipinas, Centroamérica y América del Sur. Los españoles habían batallado en tierras lejanas japonesas en el siglo XVI, contra la piratería de los wakō, en las indias del nuevo mundo contra tribus indígenas o incluso en los hostiles suelos hindúes.
Pero a España le quedaba una asignatura pendiente en la historia, y esa asignatura era Australia. A pesar de haber sido descubierta por navíos españoles en el siglo XVI, fue posteriormente reclamada por los británicos.
El día que España planeó invadir Australia
La toma de Australia por parte de la corona Británica
En 1780, Australia fue tomada por el célebre capitán inglés James Cook, conocido explorador y cartógrafo al servicio de la Royal Navy. Australia, tomada bajo el dominio inglés, había sido convertida en un gran presidio por parte de los ingleses debido a que sus instalaciones presidiarias estaban desbordadas.
El día que España planeó invadir Australia, Cook en Australia
El día que España planeó invadir Australia. El plan de ataque
Pero España, en 1793, bajo el reinado de Carlos IV y el primer Ministro Manuel Godoy, tras descubrir por parte de una expedición española la ocupación inglesa, tenía planes de desembarcar en Sidney para hacer frente a Inglaterra con una flota de 100 barcos procedentes de las colonias españolas de Sudamérica, según explicó el investigador Chris Maxworthy de la Asociación de Historia Marítima de Australia, que descubrió una serie de documentos de la Armada Española que constatan aquel plan. El objetivo de España era la rendición inmediata de Inglaterra para evitar a toda costa las amenazas que pudiesen surgir en sus colonias y truncar sus intereses en el Pacífico. La noticia llegó a la corte por medio del comandante italiano Alejandro Malaspina, al servicio de la corona española, y que dio nombre a su propia expedición en tierras de América y Asia saliendo desde el puerto de Cádiz, que fue conocida como “expedición de Malaspina”.
El día que España planeó invadir Australia, Alejandro Malaspina
El comandante italiano aseguró que los británicos tenían otras intenciones aparte de las de hacer de Australia un gran centro penitenciario, como era la de instalar bases comerciales desestabilizando así el comercio español de la zona. La gran prisión solo era una excusa para, también, llevar a cabo posibles ataques de piratería.
El segundo al mando de Malaspina, José de Bustamente y Guerra, fue quien instó a Carlos IV a llevar a cabo la invasión. Fue también el enviado a Montevideo para dar lugar a la creación de la flota que desembarcaría en Australia. El plan iba a consistir, supuestamente, en incendiar los múltiples edificios de madera y las naves rivales para sembrar el caos y que Inglaterra rindiese Australia probando un novedoso y aparentemente sofisticado tipo de cañón conocido como “pez gordo” que provocaba incendios inmediatos allí donde fuese lanzado.
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