Hume, nacido en Edimburgo en 1711, vivió en una época caracterizada por una efervescencia intelectual sin precedentes, en la que la Ilustración comenzaba a transformar la visión del mundo y las estructuras del conocimiento.
David Hume es, sin duda, uno de los pensadores más influyentes del siglo XVIII y de la historia de la filosofía. Su obra, marcada por un escepticismo profundo y una metodología empírica rigurosa, cuestionó las bases del conocimiento humano y desafió las ideas prevalentes de la filosofía clásica y moderna.
Hume, nacido en Edimburgo en 1711, vivió en una época caracterizada por una efervescencia intelectual sin precedentes, en la que la Ilustración comenzaba a transformar la visión del mundo y las estructuras del conocimiento.
Este contexto fue determinante para la formación y desarrollo de su pensamiento, que se nutrió de una Europa en plena transición hacia la modernidad.
La vida de Hume, aunque relativamente tranquila, estuvo influenciada por el dinamismo cultural de la época. Procedente de una familia modesta, Hume se apartó del camino convencional que se esperaba de él como hijo de un propietario rural. En lugar de seguir una carrera en el derecho, decidió dedicarse al estudio del pensamiento filosófico. Su pasión por el conocimiento y la crítica rigurosa se consolidó desde joven, y con sólo 23 años comenzó a escribir su gran obra: “Tratado de la naturaleza humana”. Publicada en 1739, esta obra fue ignorada en gran medida durante su tiempo, pero posteriormente se convertiría en una de las piezas fundamentales de la filosofía occidental.