La Fortuna femenina
Las mujeres casadas de Roma convencieron a la madre de Coriolanus, de nombre Volumnia y a Virgilia, su esposa para que acompañadas de los dos hijos del general, acudieron al campamento Volsco a suplicar la Paz.
Coriolanus accediĂł a recibirlas, pero su madre le negĂł el saludo y exclamĂł:
” Antes de recibir tu abrazo, deja que me entere de si me acerco a un enemigo o a un hijo, si soy una prisionera o una madre en tu campamento”.