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Coriolano y la Fortuna femenina

Coriolano y la Fortuna femenina

Cayo Marcio Coriolano estaba entroncado por linaje con los antiguos Reyes de Roma, pero desde muy joven sus inclinaciones eran mas militares que políticas. Participó tanto en las luchas para expulsar al último Rey Romano, Tarquinio el Soberbio, como especialmente contra la “Liga Latina”, una alianza de los pueblos volscos, auruncos y sabinos, que disputaban a Roma la supremacía en Italia Central.

Era impetuoso y soberbio, actuando siempre por impulso, lo cual le valió éxitos en la vida militar y desgracias en la vida política y familiar.

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La toma de Corioli

Fue durante las Guerras Latinas cuando el hasta ese momento conocido como Cayo Marcio encontró la gloria, a las órdenes del Cónsul Póstumo Cominio.

Éste había puesto sitio a la ciudad Volsca de Corioli en 493 AC, y ante la llegada de refuerzos Volscos desde Anzio, se vio obligado a marchar contra ellos, dejando unas fuerzas de sitio mínimas.

Los Coriolanos, viendo la oportunidad organizaron una salida, pero se encontraron con el genio de Cayo Marcio, el cual rechazó contundentemente a los Volscos e incluso logró tomar, impetuoso como era él, una de las puertas de la ciudad y quemar algunas casas, haciendo creer al resto del ejército Volsco que la ciudad había caído, desmoralizándolos de tal manera que la ciudad cayó de verdad en manos romanas.

De ese éxito Cayo Marcio tomo el cognomen de “Coriolano” siendo ascendido a general y volviendo a Roma como uno de sus ciudadanos más populares.

Ubicación de Corioli

La desastrosa carrera política de Coriolano

Aclamado por el Senado y los Patricios, Coriolano enseguida empezó a despertar las suspicácias de la peble, por sus despóticos discursos apoyando a la clase dirigente. Cuando se presentó a Cónsul en 491 AC fue derrotado con la oposición de los Tribunos de la Plebe (los defensores ante el senado de la clase Plebeya), sufriendo su soberbia personalidad una humillante derrota.

Al año siguiente, aprovechó tórpemente una crisis alimentaria para intentar recuperar los antiguos privilegios de la clase Patricia frente a los Plebeyos exclamando: “Si quieren el antiguo precio del grano, que devuelvan al Senado sus antiguos derechos.”

Los Tribunos de la Plebe, que se la tenían jurada, consiguieron acusarlo de malversación de fondos basándose en su ostentoso modo de vida, Coriolano, en vez de defenderse, partió ciego de orgullo voluntariamente al exilio.

El Senado Romano

Exilio y Traición

Coriolano, ciego de ira, buscó el apoyo de sus antiguos enemigos y convenció al líder de los Volscos, Ato Tulo Anfidio, para que se sublevase contra Roma y le diera el puesto de General.

En poco tiempo recuperó todas las ciudades Volscas, asoló todas las tierras pertenecientes a los plebeyos Romanos y dejó incólumes las de los Patricios, consiguiendo que los Plebeyos de Roma se negasen a seguir luchando (eran la columna vertebral de las legiones Romanas), poniendo finalmente sitio a la mismísima Roma.

Su soberbia y odio hacia los Plebeyos había conseguido poner de rodillas a Roma.

La Fortuna femenina

Coroliano puso condiciones durísimas a la primera embajada de paz Romana, formada por Senadores. Se negó a recibir una segunda embajada de Sacerdotes, pero entonces entraron en acción las mujeres Romanas.

Las mujeres casadas de Roma convencieron a la madre de Coriolano, de nombre Volumnia y a Virgilia, su esposa para que acompañadas de los dos hijos del general, acudieron al campamento Volsco a suplicar la Paz.

Coriolano accedió a recibirlas, pero su madre le negó el saludo y exclamó: ” Antes de recibir tu abrazo, deja que me entere de si me acerco a un enemigo o a un hijo, si soy una prisionera o una madre en tu campamento”.

Virgilia y Volumnia imploran a Coriolano

Coriolano viendo a su familia avergonzada de él comprendió por fin el alcance de su traición y ordenó la retirada, muriendo de vergüenza en un lejano exilio. Aunque otras fuentes afirman que fué asesinado por los Volscos, cosa nada improbable.

Como agradecimiento por la osada azaña de las mujeres de Roma, el Pueblo y el Senado de Roma erigieron el templo a la Fortuna femenina, o Fortuna Muliebris. Esta trágica história también inspiró a Ludwig van Beethoven a componer su “Obertura Coriolano” y al mismísimo William Shakespeare a escribir la tragedia “Coriolano”.

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Shakespeare: Coriolano

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