El siglo XI en el solar ibérico (incluido Portugal, cuya independencia no se produjo hasta 1140 y su reconocimiento en 1143) está copado de acontecimientos que cambiaron de manera drástica el rumbo de la Reconquista: muerte de Almanzor, fin de la etapa califal, constitución de las taifas, invasión de los Almorávides… y un montón de hechos que nos ocuparían líneas y más líneas.
Si tenemos que destacar algunos de ellos sería la disolución del califato en el año 1031 y cuatro años después, la muerte de Sancho III el Mayor, cuya herencia copará la mayoría los territorios cristianos de la península. El reparto hecho por Sancho III, siendo un claro ejemplo del concepto patrimonial de la monarquía, tendrá como consecuencia la llegada, en el año 1037, de un mismo rey tanto para Castilla como para León: Fernando I.
Previo a la batalla que vamos a hablar en este artículo, Castilla y León se enfrentaron en la batalla de Llantada (1068), siendo vencedora Castilla. Al no resolverse la tensión entre los reinos, llegamos al año 1072 y la batalla de Golpejera.
El Cid y la batalla de Golpejera
Golpejera sería el acontecimiento definitivo, a priori, para sellar los conflictos entre los dos reinos mesetarios. Además de la transcendencia de la contienda, en ella brilla con su propia luz el héroe español y castellano por excelencia: don Rodrigo Díaz de Vivar “El Cid”. La batalla de Golpejera tuvo lugar a orillas del río Carrión, siendo un lugar idóneo para disputar una batalla debido a la amplitud de sus vegas.
Las principales fuentes que describen la batalla son la Crónica Najerense y la crónica de Lucas de Tuy. Las cuales divergen en las descripciones de algunos momentos de la batalla. Durante el transcurso de la batalla, según la Crónica Najerense, tanto Sancho II como Alfonso VI fueron hechos prisioneros tanto por los ejércitos leoneses como los castellanos. La crónica cuenta que El Cid siguió a las tropas leonesas que llevaban apresado a Sancho, siendo el Cid quién liberó y armó a su rey, provocando el contrapeso definitivo que dio la victoria a los castellanos en la contienda. La crónica leonesa de Lucas de Tuy, hace una mayor referencia al momento de atacar (el Cid indicó que debía hacerse por la noche) y la valía de El Cid en la batalla.
Las consecuencias principales de la victoria castellana en Golpejera fue el apresamiento de Alfonso VI, la supremacía de Castilla frente a León y la consolidación de dos personajes: Doña Urraca y Rodrigo Díaz de Vivar “El Cid”.
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Alfonso fue desterrado a Toledo con su ayo Pedro Ansúrez y sus hermanos. Este último empezó a maquinar diversos planes para que Alfonso recuperara el trono. Sancho no tenía la aceptación de todas las ciudades y nobles de León (a destacar los Beni Gómez), ocasionándole problemas. Aprovechándose de esta situación y teniendo diseñados Pedro Ansúrez planes contra Sancho, este viajó a León con el objetivo de poner a doña Urraca de su parte. Convencida Urraca y siendo ella quien tuviera bajo su dominio la ciudad de Zamora, en esta urbe se estableció la resistencia contra su hermano Sancho. La mencionada resistencia conocida como el” cerco de Zamora”, hizo que Sancho dispusiera sus tropas, teniendo un papel muy importante “el Cid” para sofocar la rebelión. A la vista de que los cercados en Zamora no iban a conseguir su cometido recurrieron a la fuerza mayor: un caballero llamado Vellido Adolfo consiguió adentrarse en el campamento castellano y asesinando al rey Sancho II de Castilla. Tras la muerte de Sancho, Alfonso volvió de su destierro en Toledo y con el beneplácito de la mayoría de los nobles de Castilla, fue coronado en Burgos como rey de los castellanos.
El devenir de la Batalla de Golpejera trajo grandes consecuencias a la reconquista, referido a los reinos de León y Castilla. Por una parte Alfonso VI llega al trono de Castilla y consigue que la expansión territorial se asiente hasta la línea del Tajo, destacando la conquista de Toledo (1085).
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Autor: Javier Córdoba Martínez para revistadehistoria.es
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Menéndez Pidal, R, (1968), El Cid Campeador, Madrid, España, Espasa-Calpe.
VV.AA, (1986), Cronología Histórica (Primera Parte), España, Editorial Genil.